A propósito del 25 aniversario del arribo de los galenos de la isla a este país, la profesional de bata blanca, a punto de concluir su primera misión internacionalista, calificó sus poco más de cuatro años de experiencia maravillosa.
“Aunque lejos de la familia”, confesó a Prensa Latina la única hija “mimada por mis padres”, quien iniciara la colaboración después de más de un lustro postgraduada en el capitalino Policlínico Universitario de su natal Villa Clara.
Desde el 9 de octubre del 2019 hasta la actualidad labora en el Centro de Atención Integral Materno Infantil (Caimi) del municipio Asunción Mita, “años importantes para mi vida porque me he enfrentado a situaciones bien difíciles”, acotó Alonso.
Ejemplificó desde el punto de vista profesional el combate contra la pandemia de la Covid-19, casos de hipertensión arterial, diabetes mellitus, además de otras “enfermedades tropicales y raras para nuestra nación”, agregó.
La especialista en Medicina General Integral incluyó como problemas de salud en Jutiapa la malaria, “muchas mordeduras de serpiente, niños deshidratados, la malnutrición es algo que azota”, enfatizó.
Preguntada por esta agencia sobre el papel desempeñado durante el impacto del coronavirus SARS-Cov-2, virus causante de la Covid-19, aseguró que todos los brigadistas antillanos en la demarcación estuvieron en zona roja, sin excepción.
Rememoró que prestó servicios sola los primeros cuatro o cinco meses en la unidad de cuidados intensivos del Caimi, “porque era una enfermedad desconocida, yo la más joven, la que no tenía problemas”, subrayó.
Desde lo personal, con un nudo fuerte en la garganta, contó lo difícil de despedir desde aquí el pasado 22 de octubre “con el alma hecha pedazos” a su papá Felipe Alonso, “mi capitán”, como le escribiera sensible en redes sociales.
Sobre la tarea de coordinadora de la brigada cubana en Jutiapa, apuntó que tras dos años sin ir a la patria, tuvo que asumirla desde enero del 2021, y le ha ido bien.
Detalló que tiene 17 colaboradores ubicados en los 11 distritos, todos en áreas de acceso complicado, de un departamento montañoso donde en el municipio Conguaco hay frecuentes temblores de tierra, mencionó la doctora.
Verdaderamente honramos a la medicina cubana en cada rincón de esta geografía, en los sitios más lejanos ponemos en alto el nombre, la bandera de Cuba, y seguiremos, aseveró. Los profesionales de la salud de la isla estamos en Guatemala para apoyar siempre, “unos nos vamos, otros llegarán y la solidaridad se mantendrá”, concluyó la Alonso.
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