“Somos de sus hijos más pequeños”, expresó la doctora Ericka Gaitán, quien tras el impacto en esta región del potente huracán Mitch fundara esa casa de altos estudios en La Habana y formara parte de su primera promoción en 2005.
A propósito del séptimo aniversario de la ausencia física del Comandante en Jefe, de los 25 años de la brigada médica cubana en este país y los 24 de la ELAM, la joven compartió con amigos de la isla caribeña aquí cómo conoció a Fidel.
De pronto no tengo anécdotas tan cercanas, pero me llegó su personalidad a través de Marta, que era la señora a cargo de la limpieza del cuarto en la Escuela y me llevó al municipio Caimito, de Artemisa, a intercambiar con su familia, contó.
Conocí a Fidel –agregó Gaitán- a través de un excombatiente de los fundadores de la ELAM y fui con él a Alamar, en la capital de Cuba, donde supe por primera vez qué era un Comité de Defensa de la Revolución.
Siempre nos llegaba su figura –sumó la galeno- en las largas charlas que teníamos de coordinación con el rector Juan Domingo Carrizo y otras personalidades, de quienes tuvimos mucho de esa parte humana del pueblo que tenía el Comandante. Lo conocí también a través de mis compañeros de brigada, cuando salí de la ELAM y me fui a vivir dos años a la Covadonga, pues soy de corazón del hospital habanero Calixto García, donde radiqué cuatro años, describió.
En las tribunas abiertas nos llegaba su presencia, incluso nos tocó escucharlo bajo la lluvia parado ahí hablando fuerte, e igualmente todos los 1 de mayo, añadió.
Lo conocí asimismo cuando fuimos a cortar papa en los trabajos voluntarios, a través de las cocineras, de las tías carpeteras, de los profesores, creo que todos ellos tenían de Fidel, comentó.
Él nos graduó directamente en la ELAM y puedo afirmar que nosotros seguimos siendo Fidel, los más de mil egresados de esta nación hacen revolución desde su trabajo, donde son solidarios con la gente que lo necesita, remarcó Gaitán.
Gilder Tirao, egresado de aquella escuela en 2014, calificó de complejo poder hablar del Comandante, y una responsabilidad, pero una de las grandes enseñanzas que nos legó es la brigada que celebra 25 años de estar acá con nosotros, subrayó.
Ellos no hacen ruido, como una bomba, permanecen en cada rincón y representan a Fidel, añadió. Como sea, quien sea y dónde estemos, siempre sentimos el mismo carisma, significó.
Llevamos con nosotros lo que nos enseñó, nunca olvidamos las experiencias que trajimos de Cuba, estamos muy agradecidos con esa gran idea que tuvo Fidel, enfatizó.
Él nos cambió la vida a nosotros y a miles de guatemaltecos, enfatizó Tirao, quien mencionó otros valores aprendidos con un impacto en las clases más desposeídas de este territorio centroamericano.
Lo que Fidel logró es grandísimo, porque ha pasado el tiempo y el amor no cambia, valoró el joven galeno profesional de bata blanca.
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