Integrante de la brigada de profesionales de bata blanca de la isla caribeña en esta tierra, el natural de la provincia de Ciego de Ávila reveló a Prensa Latina algo de su historia aquí en dos departamentos, en el último hasta hace pocos días.
En septiembre de 1999, con apenas 29 años, el especialista en Medicina General Integral llegó a una comunidad de repatriados del municipio Chajul, del suroccidental departamento Quiché, a casi 250 kilómetros de esta capital.
Caminaba –describió- ocho horas para llegar a la aldea, me bañaba en el río, sin energía eléctrica, hervía el agua para tomar y aprendí los idiomas mayas ixchil y q’anjob’al.
Sin enfermeros, con un promotor de salud, por primera vez traté una mordedura de serpiente, complicaciones del parto, entre otras, añadió quien finalizara esta etapa en diciembre de 2001.
En 2003 fundó la colaboración en Venezuela, se desempeñó como coordinador nacional de Barrio Adentro II hasta 2009, mientras de 2013-2017 fungió como asesor de la Organización Panamericana de la Salud en el estado Amazonas, Brasil.
Regresó a Guatemala el 16 de diciembre de 2019 y comenzó a trabajar en el departamento de San Marcos, fronterizo con México, vinculado al puesto de salud de la aldea San Francisco, del municipio El Rodeo, durante siete meses.
Luego fui trasladado al puesto de salud reforzado del municipio Catarina, donde permanecí durante un año y seis meses, y ya de noviembre de 2022 para acá me ubicaron en el puesto de salud del municipio de San Marcos, precisó Espinosa, llamado por todos sencillamente Orelvis.
A los tres meses de nuestro arribo –recordó- incidió la Covid-19, de la que poco conocíamos y desde un inicio se nos insistió mucho en el uso de los medios de protección, así como en el cumplimiento del protocolo de atención de Guatemala.
Consultamos a los pacientes con síntomas respiratorios y apoyamos en los puestos de vacunación, aseveró el doctor, con una trayectoria que incluye director de salud del municipio Baraguá y del hospital provincial Antonio Loaces.
En enero de 2022 recibió la encomienda de coordinador de la brigada de 17 especialistas en el departamento, lo cual combinó con la asistencia médica.
Prestamos servicios en dos centros de atención integral materno-infantil, en siete de atención permanente, en igual cantidad de salud y en cuatro puestos de salud, resaltó.
A partir del trabajo en equipo, del impacto de la atención en la población, altas figuras del gobierno departamental y del sector le despidieron con un reconocimiento especial.
Es solo el resultado de los profesionales de la salud de Cuba durante 25 años en la demarcación, minimizó, y acotó que se encuentran en los lugares más difíciles de San Marcos, la mayoría en la región del altiplano con temperaturas muy frías.
Estoy agradecido por la oportunidad de brindar mis conocimientos a la gente de esa demarcación y mucho más por su gratitud, afirmó Espinosa, también enfático en el importante papel de la familia, “sin su apoyo hubiera sido imposible”.
mem/znc