Situada en la región de Niigata, la planta constará de 38 turbinas y el completamiento de su puesta en marcha tendrá lugar para mediados de 2029, según las previsiones del consorcio compuesto por RWE, el conglomerado japonés Mitsui y la compañía eléctrica Osaka Gas.
Para la multinacional europea se trata de su primer éxito en una licitación de parques eólicos marinos en Japón y en toda la región de Asia-Pacífico, comentó el directivo de RWE Markus Krebber.
En noviembre de este año la entidad confirmó un resultado neto ajustado de alrededor de 3,4 millones de euros en los primeros nueve meses de 2023, más del doble en comparación con el mismo período de 2022.
El director financiero de la compañía, Michael Müller, ubicó entonces a la “fuerte actividad inversora” como la razón del crecimiento de las ganancias.
“Esto conduce a un aumento significativo de la producción de electricidad a partir de energías renovables, lo que contribuye al crecimiento de los beneficios”, afirmó.
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