En medio de actividades políticas en Arecibo (norte), camino a las primarias en junio próximo, cuando enfrentará el reto de la delegada ante el Congreso de Estados Unidos, Jenniffer González Colón, el mandatario que la corrupción afecta por igual al PNP, que preside, que al Partido Popular Democrático (PPD).
“La corrupción no tiene partido; no tiene ideologías, (por eso) hemos visto personas de los dos partidos principales (PNP y PPD) fallando”, dijo el gobernante puertorriqueño, intentando diluir el historial que tiene el su colectividad política, que en este cuatrienio, además de Charbonier, ha tenido a otros legisladores y alcaldes procesados.
Pierluisi fue más allá al señalar que incluso miembros de los denominados partidos emergentes han sido señalados por actos impropios.
Pierluisi acogió la posibilidad de que se pongan en vigor medidas rigurosas para atajar la corrupción en la Cámara de Representantes y el Senado de Puerto Rico, al tiempo que reconoció se trata de una determinación que compete a la Rama Legislativa.
El caso de Charbonier, con un historial de corrupción que incluye haber cobrado 45 mil dólares al municipio de Canóvanas por una labor que nunca realizó, ha echo al país fijar la vista en el PNP, dada su prominencia, al punto de haber sido secretaria general.
La exdiputada hallada culpable el viernes por un jurado federal de corrupción pública, al igual que su esposo Orlando Montes, abogado en la práctica privada, será sentenciada el 10 de abril próximo.
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