Zewde recordó que la celebración, considerado el bautismo de Jesucristo en el río Jordán, cuenta con una fuerte devoción espiritual.
“Los etíopes tienen muchas cosas en común que los unen en la medida en que abrazan un objetivo compartido y lo están manifestando en la práctica”, subrayó.
En ese sentido, llamó a todos a cultivar los valores de la festividad inscrita desde 2019 como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Pidió además a la población celebrar Timket en armonía con los turistas de diversas partes del mundo que llegaron para asistir a la celebración.
En Addis Abeba, cientos de miles de personas se congregaron en el espacio abierto de Jan Meda desde primera hora de la mañana para asistir a las oraciones y otros servicios litúrgicos, mientras que eventos similares ocurrieron en Gondar, Lalibela, Adama, Debre Birhan, Dire Dawa, entre otros.
La festividad cae el 19 y 20 de enero durante el año bisiesto etíope y reúne a fieles cristianos alrededor de los Tabots (réplicas del Arca de la Alianza de sus respectivas parroquias) para asistir a la misa que incluye oraciones, cantos espirituales, predicaciones y danzas del clero.
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