Según informó hoy la agencia estatal de noticias KCNA, la Asociación calificó el hecho como una “atrocidad antiética” que intenta borrar los crímenes de guerra perpetrados por Japón entre 1910 y 1945 y, al mismo tiempo, es una expresión del renaciente militarismo japonés.
Este fue erigido en 2004 por un grupo cívico para promover la comprensión pública de la historia sobre el dominio colonial japonés en la península coreana (1910-1045).
Solo en Gunma, miles de coreanos fueron confinados en fábricas de armamentos, minas, centrales eléctricas, aeropuerto y otras instalaciones al servicio de la guerra. Una gran parte de ellos murieron debido a las condiciones de esclavitud a que fueron sometidos.
Denunció que los ultraderechistas nipones intentan eliminar monumentos similares en otras localidades y actúan repetidamente contra la Chongryon (Asociación General de Coreanos Residentes en Japón).
Señaló que otro de los repudiables intentos consiste en remover una lápida en memoria de los coreanos fallecidos durante el gran terremoto de Kanto.
En 1923, un devastador sismo dejó más de 100 mil muertes en la isla japonesa de Honshu. El subsecuente caos levantó rumores sobre saqueos e incendios por parte de coreanos radicados en la zona, miles de los cuales, en venganza por hechos nunca probados, fueron asesinados por milicias civiles japonesas.
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