La decisión fue anunciada por los ministros de Justicia, Gedewon Temotiwos; y de los Servicios de Comunicaciones gubernamentales, Legese Tulu, en conferencia de prensa.
Los titulares informaron acerca del estado de la confrontación entre el Ejército federal y el TPLF (por sus siglas en inglés) en el norte del territorio.
Según comentaron, la Cámara de Representantes del Pueblo podría aprobar la decisión del Consejo de Ministros durante las próximas 24 horas.
La declaración sucede luego de que el primer ministro, Abiy Ahmed, acusara al Frente…de utilizar a mercenarios extranjeros, incluidos hombres blancos, en el enfrentamiento contra las Fuerzas de Defensa Nacional.
Además, este martes el gobernante Partido de la Prosperidad llamó a los ciudadanos a unirse para derrotar a la organización, que el fin de semana ocupó las ciudades estratégicas de Kombolcha y Dessie, en la región de Amhara, según anunció su portavoz, Getachew Reda.
Las autoridades federales reconocieron el intento de invadir Dessie, pero aseguraron que la localidad y sus alrededores permanecen en manos de la seguridad etíope.
No tuvieron control de instituciones públicas y muchos huyeron, señaló un comunicado oficial, que también pidió al grupo no difundir informes para atemorizar al pueblo y crear inestabilidad social.
Desde el 4 de noviembre de 2020 el Gobierno sostiene un enfrentamiento contra la organización acusada de infringir las leyes y violar los derechos humanos, entre otros delitos, y declarada terrorista por el parlamento unicameral.
La guerra interna estalló cuando el TPLF atacó el Comando Norte de las Fuerzas de Defensa Nacional y, en respuesta, el primer ministro ordenó desplegar tropas en Tigray para restablecer el orden constitucional.
En menos de 30 días el Ejército tomó el control de Mekele, capital de la región, pero líderes y miembros del grupo huyeron e iniciaron un proceso de reorganización en zonas contiguas. El Frente aprovechó un armisticio decretado en junio último por las autoridades federales para volver al territorio y, además, extender su beligerancia a las regiones de Afar y Amhara.
Desde entonces, personas, ganados, cultivos, escuelas, centros asistenciales, campamentos para desplazados e incluso mezquitas son objetivos de las agresiones del grupo, según dispares denuncias oficiales.
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