La publicación, que examinó los informes de las 196 naciones miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU), aseguró que existen grandes diferencias entre las emisiones que los gobiernos comunican y la cantidad real de gases contaminantes que liberan a la atmósfera.
Esas discrepancias oscilan entre ocho mil 500 millones y 13 mil 300 millones de toneladas de emisiones no declaradas, lo que, según el periódico, es una estadística lo suficientemente grande como para influir en el calentamiento del planeta.
Las lagunas de información se deben a informes inacabados, errores deliberados y requisitos de información poco estrictos asociados a la expulsión de dióxido de carbono, metano y potentes gases sintéticos.
Al menos el 59 por ciento de las discrepancias de datos se relacionan con la forma en que los gobiernos registran las emisiones procedentes de la tierra.
Al parecer, varios países tratan de contrarrestar las emanaciones procedentes de la quema de combustibles fósiles y afirman que la tierra de su región absorbe el carbono, informó el diario en su edición digital sin especificar cuáles son las naciones que presentan irregularidades de información.
El estudio del Washington Post ocurrió mientras un grupo de líderes mundiales se reúnen en Glasgow, Escocia, para en la cumbre COP26, centrada en el cambio climático.
Directivos de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático declararon al Post que las discrepancias se deben a la aplicación de diferentes formatos de información y a la incoherencia en el alcance y la puntualidad de los reportes.
Cuando un reportero del periódico le preguntó si la agencia tiene intención de hacer frente a la incoherencia, su portavoz, Alexander Saier, afirmó que la Convención reforzará el proceso de presentación del compendio de datos por países.
El estudio salió a la luz mientras expertos aseguran que tres millones de trabajadores sufren cada año en Estados Unidos al menos una semana laboral con temperaturas superiores a los 37,7 grados Celsius.
De seguir los actuales patrones climáticos, a mediados de siglo, unos 18,4 millones de personas trabajarán más de siete días en esas condiciones extremas, según un informe del Centro de Resiliencia de la Fundación Adrienne Arsht-Rockefeller, con sede en Washington DC.
De acuerdo con esa institución, el país ya pierde unos 100 mil millones de dólares anuales a causa de la disminución de la productividad debido al calor extremo.
Si no se toman medidas para frenar el calentamiento global, las pérdidas alcanzarán los 200 mil millones de dólares en 2030 y los 500 mil millones en 2050, señaló el estudio.
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