El inesperado repaso fue muy bien acogido, pero no se tradujo en el fin inmediato de la agitación agrícola, pues los líderes de los campesinos presionan para que se haga una notificación formal, a través de los debidos procedimientos parlamentarios.
Modi, dirigiéndose al país esta mañana por el Día del Guru Nanak Jayanti, una de las fiestas más sagradas en la religión sij, llamó a un nuevo comienzo y pidió a los agricultores acampados en las entradas a la capital desde fines de noviembre del año pasado regresar a sus casas.
El primer ministro sostiene que dichas normas benefician a los granjeros y añadió que el Gobierno no pudo convencer de ello a parte de los cultivadores, sobre todo los de Punjab, Haryana y el oeste de Uttar Pradesh, cuyas protestas dejaron unos 700 muertos.
El gobernante Bharatiya Janata Party (BJP) espera que la decisión apacigüe a las dos principales comunidades que encabezan las manifestaciones: los sijs, que son mayoría en Punjab, y los jats, una importante circunscripción demográfica en el oeste de Uttar Pradesh, otro territorio políticamente crucial.
De acuerdo con expertos, el partido de Gobierno espera que esto anule los vientos en contra en los estados donde habrá próximas elecciones.
La oposición, por su parte, felicitó a los agricultores por su difícil victoria, pero cuestionó el momento «políticamente oportuno» del Ejecutivoo.
Los campesinos acogieron con satisfacción el anuncio de la derogación de las leyes, por las cuales llevan 12 meses de protestas y 11 rondas de conversaciones, pero dejaron claro que ello no es suficiente.
La decisión final sobre el asunto se tomará el sábado durante una reunión del comité central del Samyukta Kisan Morcha (Frente Unido de Agricultores), declaró a la agencia de noticias Press Trust of India el líder agrícola Darshan Pal.
La coalición de 40 sindicatos agrarios afirmó que su protesta no se limita a derogar las tres leyes, sino que también exige una garantía legal de precios remunerativos para todos los productos agrícolas.
Y mientras se oían tambores en varios lugares y se distribuían dulces por la inesperada victoria, el líder de la Bharatiya Kisan Union (BKU), Rakesh Tikait, añadió que el Ejecutivo también debe hablar sobre el precio mínimo de apoyo (MSP) de los cultivos y otros asuntos.
«La protesta no se retirará inmediatamente, esperaremos al día en que las ordenanzas agrícolas sean derogadas en el Parlamento», tuiteó Tikait.
En su discurso, el primer ministro Narendra Modi dijo que los trámites constitucionales para revocar las leyes se harán en la sesión de invierno del Parlamento, que comienza el 29 de noviembre. Los agricultores siguen cautelosos y afirman que no cederán hasta que las polémicas normas sean revocadas en el Legislativo y haya una decisión favorable sobre el precio mínimo de apoyo.
El movimiento de agricultores de la India contra tres polémicas leyes del sector promulgadas por el Parlamento en 2020 cumplió ya un año de lucha pacífica para exigir la derogación del trío de legislaciones decretadas para la agricultura.
Exigen eliminar la Ley de Promoción y Facilitación del Comercio de Productos Agrícolas de 2020, la Ley de Garantía de Precios y Servicios Agrícolas de 2020 y la Ley de Enmienda de Productos Básicos de 2020, y que se elabore una nueva ley para garantizar el precio mínimo de apoyo a los cultivos.
Los protestantes temen que esa tríada de disposiciones acabe con el sistema mediante el cual el Estado compra sus cosechas, dejándolos a merced de las grandes empresas.
El Ejecutivo proyectó las ordenanzas agrarias como importantes reformas para la agricultura, pero los cultivadores afirman que dichas leyes dañarán a la larga la soberanía alimentaria del país.
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