Por medio de un comunicado, el Servicio de Comunicación gubernamental notificó que fuerzas federales y regionales, bajo el liderazgo del primer ministro, Abiy Ahmed, expulsaron de estos territorios a tropas del TPLF (siglas en inglés), aunque no reveló más detalles.
Además de esas importantes plazas, también liberaron Qersa, Gerba y Dega en el frente oriental, y el distrito de Qalu en el frente de Harbu, agrega el reporte, que hasta ahora no fue confirmado o refutado por el grupo insurgente.
Dessie y Kombolcha, importante ciudad industrial, están situadas en una autopista que une Mekele, capital del norte del país, con Djibouti. Y Bati es sede del mercado de ganado y camellos más grande de Etiopía.
La guerra del gobierno contra el Frente comenzó el 4 de noviembre de 2020, cuando Ahmed ordenó una ofensiva para reducir al grupo, acusado de atacar en Tigray una base militar perteneciente al Comando Norte.
En junio último, luego de la declaración del armisticio de las autoridades federales, los insurgentes avanzaron hacia las regiones de Afar y Amhara para controlar las vías de comunicación y suministros con Sudán y Djibouti.
Una de las consecuencias de la extensión del conflicto fue la entrada a Kombolcha el 31 de octubre, según comunicó entonces el portavoz de la organización, Getachew Reda, quien también anunció la toma de Dessie.
El pasado 23 de noviembre, el premier marchó a la línea de combate para comandar la contienda y a partir de esa fecha, de acuerdo con reportes oficiales, los tigriños fueron derrotados en varias localidades de ambos estados.
La beligerancia del grupo, asegura el gobierno, provocó hasta ahora miles de civiles masacrados, millones de desplazados, centenares de refugiados en Sudán y cuantiosos daños materiales, además de poner en peligro de afrontar una hambruna próximamente a millones de ciudadanos.
mem/raj