La ministra de Salud del estado federado alemán de Sajonia, Petra Köpping, blanco de esas manifestaciones en su propia casa, aseguró en una entrevista que quienes realizan actos de este tipo son «enemigos de la democracia».
En declaraciones publicadas en esta jornada por el semanario «Der Spiegel», Köpping se mostró muy preocupada porque, según sus palabras, “esas personas no quieren al Gobierno”.
Me gusta hablar sobre por qué acogemos a los refugiados o por qué es bueno vacunarse», pero con quienes marcharon frente a mi casa no se puede dialogar, afirmó Köpping quien calificó el hecho, ocurrido dos semanas atrás de “espectáculo de amenaza cobarde».
Desde entonces la ministra y militante del Partido Socialdemócrata (SPD), en el poder, cuenta con protección policial y se vio obligada a cancelar un acto durante la reciente la campaña electoral.
Köpping mostró preocupación por los alcaldes, los médicos que vacunan, los voluntarios y los empleados amenazados en los centros de pruebas y que carecen de protección e instó al Ministerio del Interior a “hacer más al respecto”.
Políticos de todos los partidos condenaron las acciones de protesta y el Gobierno federal las calificó de «ataque a la democracia».
La presidenta del Bundestag (Cámara Baja del Parlamento), Barbel Bas, también fue víctima de actos, pero en su caso a través las redes sociales.
Lo que ocurre hoy en Internet ya no es un proceso de debate democrático normal (…), sino que es cada vez más una amenaza», dijo la también miembro del SPD al semanario «Welt am Sonntag».
Soy diputada desde hace 12 años y lo que ocurre actualmente en las redes sociales es algo que nunca había experimentado», afirmó.
En esta jornada hubo nuevas manifestaciones contra las medidas antiCovid-19 en la ciudad de Schwerin, al norte del país, en las que participaron al menos mil 900 personas, según la policía.
Pero antes, el pasado día 6 hubo otra protesta no anunciada que marchó hacia la residencia de la jefa de Gobierno en esa urbe, Manuela Schwesig, y terminó disuelta por las fuerzas del orden.
El Parlamento regional del estado federado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, del que Schwerin es capital, llamó la víspera a la tranquilidad en las manifestaciones.
Las amenazas personales o los ataques de naturaleza física o psicológica son inaceptables e ilegítimos, señaló la resolución legislativa, aprobada por unanimidad.
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