Según el gabinete, además de la colaboración entre los estados regionales e instituciones nacionales y la cooperación internacional, reconstruir los destrozos que provocó el Frente exige utilizar más de 100 mil millones de birr (alrededor de dos mil millones de dólares).
Junto al Comité Permanente de Desarrollo de Recursos Humanos y Tecnología de la Cámara de Representantes del Pueblo (Parlamento), la autoridad educativa evaluó el impacto de la criminalidad de la organización en las instalaciones docentes y el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Recientemente, el titular del Ministerio, Berhanu Nega, comunicó que “el conflicto desatado por el TPLF (siglas en inglés) afectó gravemente el acceso a las escuelas de más de tres millones de alumnos”, en las áreas que invadió desde junio último.
Más de mil 200 centros fueron completamente destruidos debido a la guerra y los conflictos en varias áreas, mientras tres universidades en el estado de Amhara resultaron total o parcialmente dañadas por la agresión de las fuerzas tigriñas, comentó Nega.
Además, informó que durante los últimos seis meses la administración federal recaudó más de 130 millones de dólares para afrontar las reparaciones en el sistema de Educación, las cuales no están circunscritas a los inmuebles.
En noviembre de 2020, el gobierno etíope inició una ofensiva para reducir al TPLF, otrora gobernante del estado de Tigray, declarado terrorista por el Parlamento y acusado de subvertir el orden constitucional y otros delitos.
Unos seis meses después, las autoridades decretaron un armisticio para facilitar las labores agrícolas y asistencia humanitaria en la jurisdicción, pero el grupo lo desestimó y extendió sus operaciones a zonas de Afar y Amhara, donde destrozó numerosas entidades públicas.
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