La apertura de la represa etíope debe ser considerada un importante paso de un proyecto de desarrollo para el Cuerno Africano, en lugar de fuente de confrontación, porque contribuirá a mejorar el acceso a la electricidad de nuestros vecinos, comentó.
Horas después de superado el 84 por ciento de la fase constructiva del aún proyecto hidroeléctrico, el pasado domingo el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, presionó botones en un panel electrónico e inició el funcionamiento de una de las 13 turbinas.
No causará daño a Sudán y Egipto, ni contraviene la Declaración de Principios de 2015, como afirman los últimos días varios informes con el evidente propósito de descarrilar el avance continuo del llenado y operación del embalse, aseveró Mahdi Abdullahi.
Etiopía, subrayó, ha demostrado siempre que no tiene malas intenciones ocultas, que no trabaja para bloquear las aguas del río Nilo o causar hambre entre nuestros hermanos sudaneses y egipcios.
La generación de la GERD (siglas en inglés), dijo, beneficia a los países de la región y esto demuestra al mundo que la propaganda contra el derecho de Etiopía a explotar sus recursos, es infundada.
En 2015, los tres estados rubricaron un acuerdo que reconoce el derecho de Etiopía a construir la Gran Presa y le exige compartir la energía, mantener el consumo destinado a regadío y no afectar la economía, el caudal del Nilo y la seguridad alimentaria de sus vecinos, entre otros aspectos.
Ese convenio especifica que las negociaciones por la presa continuarían en paralelo con el proceso constructivo, y su puesta en marcha no lo contradice, señaló en entrevista a The City Review, publicación de Sudán del Sur especializada en temas económicos.
Egipto y Sudán, preocupados por sus reservas de agua desde 2011, cuando comenzó la construcción del dique, condenaron el estreno del generador sin un acuerdo trilateral y lo consideraron violatorio de la Declaración de 2015.
De manera idéntica contestaron a las fases de llenado durante las estaciones de lluvias de 2020 y 2021, este último año en medio de frustradas negociaciones para convenir cómo explotarlo, bajo auspicio de la Unión Africana.
Varios países hicieron sus máximos esfuerzos para detener o descarrilar el proyecto hidroeléctrico, pero el inicio de la generación muestra que la única solución para la utilización efectiva de río Nilo es la cooperación, no la politización, opinó el diplomático.
Asimismo, exhortó a los países africanos a respaldar el derecho etíope a explotar la Gran Presa, erigida sobre el Nilo Azul, que nace en Etiopía y discurre por Sudán, donde se une al Nilo Blanco para formar el río Nilo.
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