Durante el intercambio de opiniones en la sede diplomática en Brasilia, las intervenciones coincidieron en confirmar que el futuro de la familia lleva consigo el porvenir de toda la sociedad.
«Inclusivo y revolucionario, este código se ajusta a las nuevas realidades y a los distintos tipos de familia», se escuchó en la discusión.
Se aludió a como esta rigurosa compilación de derechos y deberes reemplaza a la de 1975, que de por sí ya era de avanzada, pero necesitada de parecerse a los nuevos tiempos y fortificada por la experiencia de los años.
En tal sentido, discernimientos concordaron en que el nuevo texto legal proveerá de mayor protección a la familia, en especial a los adultos mayores, las niñas, niños y adolescentes.
También muchas opiniones abordaron vitales asuntos como el matrimonio, la gestación solidaria y la responsabilidad parental.
Otros criterios pidieron aclaraciones de cuestiones novedosas como el parentesco socio-afectivo y el pluriparentesco.
Se calificó al código de herramienta, elaborada por especialistas y estudiosos, que propiciará mayor conocimiento a la población sobre temas modernos y ajustada a normativas mundiales.
En el debate se reconoció asimismo que en la sociedad cubana aún predominan rezagos y preceptos del patriarcado, y se abogó entonces por el desarrollo de una educación jurídica para aplicar los cambios y propuestas que trae la iniciativa.
Aprobado por la Asamblea Nacional del Poder Popular en diciembre de 2021, el proyecto tiene por objetivo la protección de todas las expresiones de la diversidad familiar y el derecho de cada ciudadano a formar una familia sobre la base de los principios de igualdad, no discriminación y dignidad humana.
Los cubanos tienen previsto debatir hasta el 30 de abril todo lo concerniente al Código de las Familias antes de someterlo a votación popular.
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