Los hallazgos y recomendaciones de esas organizaciones son parciales y tendenciosos, están plagados de inconsistencias y sesgos, además de carecer de rigor metodológico y objetividad, afirma el texto divulgado aquí.
Científicos de la Universidad de Gondar, explica, descubrieron atrocidades del Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF), incluidas fosas comunes en Wolkait con restos de 59 mil víctimas, pero los autores del informe no hacen referencia a ello, ni consultaron al equipo sobre estos hallazgos.
A regañadientes, reconoce que el TPLF (siglas en inglés) abusó de los derechos de los amharas muchos años y no hace absolutamente ningún esfuerzo por describir con detalle la gravedad de sus actos, como lo hizo en nombre de la comunidad tigriña en Wolkait, añade.
Si bien Amnistía Internacional y Human Rights Watch “solicitan la rápida desmovilización de las fuerzas de seguridad de Amhara, no hay un llamado similar para las milicias que el Frente organizó para hacer la guerra y causar estragos en Amhara y Afar”, cuestiona.
Respecto a la recomendación de desplegar una fuerza de mantenimiento de paz en Etiopía, la considera “especialmente atroz, ya que parece tener la intención de facilitar que el TPLF obtenga acceso directo a sus patrocinadores extranjeros, regionales e internacionales”.
Tal movimiento, manifiesta, “no solo constituirá una flagrante violación de la soberanía nacional, sino que también tiene el potencial de prolongar la tensión en la región, en lugar de calmarla”.
Asimismo, califica de “particularmente poco convincente y desconcertante” que las instituciones “aplicaron una metodología de investigación notoriamente defectuosa”.
Sus conclusiones, asevera, “están basadas en información recopilada en gran medida mediante el envío de cinco misiones de investigación separadas para entrevistar a refugiados de Tigray en Sudán, mucho de los cuales huyeron después de participar en la espantosa masacre de Mai-Kadra”.
“Seríamos demasiado crédulos para creer que los perpetradores de un crimen tan horrendo dirían lo que realmente sucedió en Wolkait. Por el contrario, es razonable suponer que mentirían o ensombrecerían la verdad para evitar su propia responsabilidad”, señala.
Todas estas son razones para que consideremos el informe de Amnistía Internacional y Human Rights Watch simplemente unilateral, tendencioso, carente de rigor metodológico y, por tanto, inaceptable, reitera la declaración firmada por varias instituciones y personalidades de Etiopía.
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