Poco menos de la mitad de esos infantes indocumentados viven en centros de acogida o lugares alquilados bajo programas gestionados por la OIM o por la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Datos aportados en marzo por el Centro Nacional para la Solidaridad Social en Grecia, indican que alrededor de 917 niños viven al margen de los programas de inserción y fuera del control de las autoridades.
Un comunicado de la OIM señala que a pesar de los esfuerzos para brindar soluciones a los menores no acompañados y sin hogar, incluso mediante la reubicación en otros países europeos, todavía hay aquí infantes sin un refugio seguro expuestos a abusos, explotación y otros riesgos, especialmente en los centros urbanos.
La Acnur y otras organizaciones no gubernamentales manifiestan preocupación por la situación de los indocumentados que llegan a las islas griegas del mar Egeo y alertan sobre el cierre de los centros de acogida diseminados por el país.
Dichos organismos consideran insuficientes las medidas adoptadas por el Ejecutivo heleno y exigen la actuación inmediata de la UE para lograr la reubicación de los extranjeros en los 27 Estados miembros.
Asimismo, demandan mayor apoyo del bloque regional a los países receptores y la implementación de una política migratoria justa y humana.
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