De acuerdo con el periódico The New York Times esto será posible con la puesta en marcha de un nuevo proceso que podría representar el inicio de un amplio cambio en el sistema de asilo.
El mecanismo, cuyo objetivo es tomar una decisión en cuestión de meses en lugar de los años que lleva el sistema de tribunales de inmigración, se aplicará a unos «pocos cientos» de individuos al mes, según funcionarios de la administración.
Es probable que el efecto inmediato de la política sea mínimo, empequeñecido por los vastos atrasos y la reciente oleada de personas en la frontera.
Para la analista Eileen Sullivan, del Times, la iniciativa está lejos de lograr una amplia restauración del acceso al asilo, restringido por la administración de Trump (2017-2021) y la pandemia de la Covid-19.
No obstante, si el gobierno federal continúa con su plan de desplegar la política en fases, podría representar la punta de lanza de lo que algunos expertos ven como el cambio más radical en ese proceso en un cuarto de siglo, comentó.
«Las personas que reúnan los requisitos para el asilo recibirán protección con mayor rapidez, y las que no serán expulsadas rápidamente en lugar de permanecer en Estados Unidos durante años mientras sus casos están pendientes», declaró el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro N. Mayorkas.
El proyecto, que pasó por meses de revisión formal y comentarios públicos, es la primera política significativa del presidente Joe Biden destinada a mejorar el sistema que se comprometió a restaurar para lograr una inmigración “justa, ordenada y humana”.
El modesto despliegue del plan se produce durante un período máximo de cruces de personas sin papeles a lo largo de la frontera suroeste, quienes huyen de la pobreza y la violencia.
A algunos de esos migrantes se les ha permitido entrar en el país para enfrentarse a los procedimientos de expulsión mediante el proceso existente, pero otros han sido devueltos a México en virtud del Título 42, que ha estado en vigor desde el comienzo de la pandemia.
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