El secretario en jefe del Gabinete, Hirokazu Matsuno, dijo en conferencia de prensa que la oferta de energía estará ajustada en los periodos de mayor demanda, principalmente en las regiones de Tohoku, Tokio y Chuo, donde se necesita un coeficiente de reserva de 3,1 por ciento para un suministro estable.
“Crearemos un sistema para implementar medidas de ahorro en cooperación con el mundo industrial y los gobiernos locales”, recalcó.
Asimismo, Matsuno señaló que por primera vez desde 2015 el gobierno emite una solicitud de ahorro a nivel nacional en aras de evitar los molestos apagones.
Las declaraciones del también vocero oficial ocurrieron luego de una reunión del Ejecutivo, en la cual se anunciaron algunas medidas para evitar la crisis energética como potenciar al máximo el uso de fuentes renovables y de energía nuclear segura.
El gobierno pedirá además a las empresas eléctricas la reactivación de las centrales térmicas paradas, así como la adquisición adicional de gas natural licuado.
En marzo pasado, el Ministerio de Economía, Comercio e Industria advirtió sobre cortes de electricidad en la capital japonesa y ocho prefecturas circundantes debido a problemas de suministro.
Para suplir la demanda en las zonas vulnerables, la Compañía Eléctrica de Tokio recibió hasta 2,37 millones de kilovatios de otras empresas de servicios públicos.
Días antes, un fuerte terremoto provocó daños en algunas plantas térmicas niponas. La paralización de estas instalaciones mermó la matriz eléctrica de la urbe metropolitana.
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