Según una declaración del teniente general del Ejército, Bacha Debele, fueron destruidos todos los grupos que estaban activos y tenían pequeños campos de entrenamiento militar en Atsbi y Haikemsa, Desa, Wejerat, Bora, Tsigereda, Hawzen, Wukro Maray y Zana.
Ese es el principal resultado de las operaciones realizadas durante la semana pasada en esos lugares donde el TPLF (siglas en inglés) decidió permanecer para subvertir el orden, comentó Debele en un encuentro con los medios de comunicación.
Además de intentar reclutar y preparar a los jóvenes, explicó el oficial, los integrantes de la Junta, prófugos de la justicia, difundieron propaganda de la organización y prometieron recompensar a quienes se les unieran cuando vuelvan al poder.
También, subrayó, realizaban maniobras para obstruir el paso por las carreteras principales, con el fin de interrumpir el acceso diario de la asistencia humanitaria a esas comunidades.
Cumplimos el objetivo de erradicar la insurgencia y adoptamos medidas contundentes para mantener la seguridad, mientras continúa la persecución de los combatientes dispersos. No descansaremos hasta apresarlos a todos y lograr que la situación esté bajo control total, aseveró.
Los bandidos ya no pueden organizarse ni realizar actos criminales o vandálicos y varios líderes sobrevivientes están tratando desesperadamente de salir del estado regional de Tigray a Sudán, pero todas las rutas están selladas y no podrán escapar, aseguró.
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