Los ahora magistrados condenados Mark Ciavarella y Michael Conahan encerraron a menores de edad en un centro de detención juvenil en Estados Unidos y aceptaron 2,8 millones de dólares en pagos ilegales del constructor y copropietario de dos prisiones privadas.
Desde su posición en la corte, Ciavarella impulsó una política de tolerancia cero que mandó a gran número de niños, algunos de apenas 8 años de edad, a PA Child Care y Western PA Child Care, dos instituciones de privación de libertad.
La mayoría eran condenados por delitos menores como hurto y eran encadenados, esposados y llevados inmediatamente tras las rejas, sin oportunidad de despedirse de sus familias.
Por ejemplo, una joven de 16 años fue sentenciada a 11 meses de prisión por conducir en sentido contrario y otro adolescente estuvo ocho meses encarcelado porque eligió el vestuario deportivo equivocado.
Sus acciones crueles y despreciables victimizaron a una población vulnerable de jóvenes, muchos de los cuales sufrían problemas emocionales y problemas de salud mental, aseguró el juez federal Christopher Conner, quien condenó a sus colegas corruptos.
Varios de los jóvenes sentenciados por Ciavarella o Conahan murieron desde entonces por sobredosis de drogas o suicidio, escribió Conner.
La Corte Suprema de Pensilvania desestimó unas cuatro mil condenas juveniles después que se descubrió el plan.
Se desconoce si los demandantes recibirán algún pago, pues Ciavarella cumple una sentencia a 28 años en prisión y Conahan, que respondía a una condena de siete años de privación de libertad, fue enviado a arresto domiciliario en 2020 debido a la pandemia de Covid-19, precisó CBS.
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