«Estamos observando atentamente el hecho de que Estados Unidos crea una seria amenaza para la estabilidad de la situación de la Península Coreana y su contorno mediante la reintroducción de la flotilla de ataque del portaaviones en las aguas marítimas de la Península Coreana», afirmó en un comunicado el Ministerio de Relaciones Exteriores.
La cancillería rechazó también de manera categórica el intento por Washington y sus aliados de condenar injustamente en el Consejo de Seguridad de la ONU la reacción del Ejército Popular de Corea (EPC) en respuesta a los ejercicios militares conjuntos entre Surcorea y Estados Unidos.
Corea Democrática considera justa la acción del EPC en réplica a las maniobras intimidatorias de las tropas estadounidenses-surcoreanas, que -afirma Pyongyang- agravan la tensión militar de la península.
Recientemente, Seúl confirmó el lanzamiento de cuatro misiles junto a Estados Unidos durante maniobras que desarrollan en la región y en las que participa el portaaviones USS Ronald Reagan.
Para Pyongyang, el incremento del personal y medios bélicos por el país norteño y Surcorea en la región, así como el aumento de los ejercicios militares, prueban las políticas hostiles de Washington y Seúl y constituyen ensayos para la guerra contra RPDC.
acl/lrd