«Ese país volverá a decir que no va a ser la policía la que resuelva los problemas en la comunidad. Quien resuelve los problemas de la comunidad es el Estado», remarcó el abanderado del Partido de los Trabajadores (PT) a la segunda vuelta de sufragio del 30 de octubre.
Insistió en que el Estado debe «hacer lo que tiene que hacer, trayendo educación, salud, ocio y cultura» a los residentes.
Lula fue al barrio carioca acompañado de políticos, entre ellos el alcalde de Río, Eduardo Paes, quien ayer estuvo con el líder petista en campaña en la región de la Baixada Fluminense.
Durante su estancia en Alemán, el exdirigente obrero intercambió opiniones con líderes de la comunidad y luego encabezó una caminata por las calles de la localidad, donde discursó más tarde desde un auto de sonido.
El aspirante del PT volvió a prometer, que si es elegido en urnas, su gobierno trabajará para aumentar el empleo formal y haya más crédito disponible a los microempresarios. Defendió un reajuste justo para las jubilaciones y el combate a la violencia contra la mujer.
«Construiremos un país donde, en vez de armas, distribuyamos libros. En vez de odio, la gente distribuye amor, y el salario mínimo va a volver a crecer cada año, y los jubilados van a tener un aumento justo», refirió.
Apuntó además que en su administración «la gente va a cuidar de las personas con mucho cariño, sobre todo acabar con el feminicidio, porque la mujer no es objeto de cama y mesa. Mujer es muy importante», refirió.
En su intervención, Lula prometió «cuidar de la guardería a la universidad», pues el dinero en educación es una inversión y valoró la importancia de las escuelas de tiempo completo en la seguridad de los niños.
La calificó de necesidad, «no solo para que los niños sean atendidos en la escuela, sino para evitar que balas perdidas maten a niños jugando en las calles como sucede en este país».
Asimismo, este miércoles, feriado nacional, Lula y Jerônimo Rodrigues, aspirante petista al gobierno del estado de Bahía (nordeste), participarán en una marcha llamada Brasil de la Esperanza en Salvador, capital de la división territorial.
La Justicia Electoral confirmó que el expresidente ganó la primera vuelta presidencial del 2 de octubre, con un 48,43 por ciento de los votos, frente al actual mandatario Jair Bolsonaro, quien ambiciona reelegirse por el Partido Liberal y alcanzó un 43,20.
Ninguno de los aspirantes al poder logró en ese primer turno la mayoría absoluta de votos, es decir, más de la mitad de válidos (excluidos blancos y nulos), como establece el código brasileño para ser electo.
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