Otra vez las autoridades acusan al empresario japonés de 78 años de aceptar sobornos. De acuerdo con las investigaciones, Takahashi recibió unos ocho millones de yenes (54 mil dólares) de la firma Sun Arrow (dedicada a la fabricación y venta de juguetes de peluche) a cambio de su mediación para obtener la licencia oficial de las mascotas de las olimpiadas.
Mientras, la fiscalía interroga de forma voluntaria a un expresidente de la empresa radicada en Tokio y a un conocido de Takahashi, quien dirige la consultora a través de la cual se realizaron los pagos del presunto soborno, reseñó la prensa nacional.
El escándalo de corrupción en torno a las olimpiadas estivales cobró fuerza el pasado agosto con la detención de Takahashi y tres ejecutivos de la firma de ropa masculina AOKI Holdings.
Los cargos anteriores están todos relacionados con la recepción de sumas mayores como gratificación por el otorgamiento de contratos de patrocinio.
En Japón los miembros del comité organizador se consideraban funcionarios públicos, por lo cual tenían prohibido recibir dinero o bienes en relación con sus funciones.
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