Ante la creciente preocupación en la sociedad estadounidense de que los desmedidos precios actuales estén presentes de forma inmutable en el ecosistema económico y financiero de la nación, Yellen aseguró que la inflación no da señales de enquistamiento.
La secretaria del Tesoro apuntó que para llegar a esa realidad las expectativas inflacionarias a medio plazo primero deben aumentar a niveles inconsistentes con una inflación del 2,0 por ciento, y luego incorporarse a los salarios y precios.
Yellen consideró que todavía existe un camino para reducir los altos costos en el país y mantener un mercado laboral fuerte.
Asimismo, la responsable de las finanzas públicas estadounidenses acentuó que si bien indicadores económicos como los precios al consumidor y al productor mostraron un aumento sostenido en el último periodo, otros como los precios de producción y transporte bajaron.
En medio de ese escenario, la Reserva Federal de Estados Unidos aumentó sus tipos en tres ocasiones consecutivas en tres cuartos de punto porcentual durante los meses precedentes, una iniciativa monetaria de “mano dura” que intenta contener los altos costos.
Como parte de ese combate, el Banco Central estadounidense prometió nuevas subidas de sus tipos para lo que resta de 2022.
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