Actualmente los demócratas están bajo presión para demostrar que abordan los problemas asociados al incremento del costo de la vida en el país, justo cuando las encuestas divulgan cómo la mayoría de los estadounidenses expresan que los republicanos manejarían mejor la economía nacional.
Si bien los sondeos ilustraron la preeminencia ganada por la tolda azul tras la decisión del Tribunal Supremo de revocar el derecho al aborto, y de una serie de victorias legislativas de los liberales, esa ventaja parece sucumbir ante la carestía de los bienes de consumo.
Es evidente que para los electores no pasa inadvertida la forma en que la inflación anual aumentó un 8,2 por ciento en septiembre pasado en Estados Unidos, apenas una décima menor frente al incremento de 8,3 por ciento registrado durante el mes precedente.
Ahora, a 13 días de los comicios de medio término del 8 de noviembre, anuncia Biden que su administración buscará reducir las llamadas tarifas basura, como una forma de limitar los altos costos sufridos por la ciudadanía debido al incremento de los precios.
Como parte de ese propósito, la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB) aseguró que toma medidas para eliminar miles de millones en tarifas bancarias, cargos ocultos y otros gastos adicionales en facturas de cable, boletos de avión y reservas de hotel.
“Hoy, mi administración está anunciando nuevas acciones para reducir los costos de la vida cotidiana de las familias estadounidenses, para poner más dinero en los bolsillos de de la clase trabajadora y de ingresos medios, para en cambio responsabilizar a las grandes corporaciones”, expresó Biden en declaraciones desde la sede del ejecutivo.
El mes pasado, el mandatario solicitó al Consejo de Competencia de la Casa Blanca analizar a las empresas que utilizan algoritmos complicados para ocultar las tarifas, y pidió que se dejara en claro la ilegalidad de cobrar a las personas por un cheque devuelto o por emitir tarifas por sobregiro sorpresa en determinados trámites bancarios.
Una comunicación de la sede del Ejecutivo informó igualmente que en los últimos años se aprecia una proliferación de las denominadas tarifas basura, una categoría diseñada para confundir o engañar a los consumidores con el cobro adicional de ciertos montos, o para aprovechar convenientemente ciertas coyunturas dictadas por el mercado.
Un reporte reciente del diario The Hill reveló que un asistente demócrata del Senado reconoció que la actual administración esperó demasiado para reconocer en la inflación un problema grave para millones de estadounidenses, lo que permitió a los republicanos definir a los liberales como personas que no se toman ese tema en serio.
En cualquier caso, los anuncios realizados hoy desde la Casa Blanca patentizan que el gobernante está consciente de cuanto daño puede hacer a sus aspiraciones que el 71 por ciento de los ciudadanos crea que el país va en la dirección equivocada, según encuestas.
De acuerdo con otra pesquisa de la misma compañía, Morning Consult, aproximadamente tres de cada cinco votantes dijeron creer que la inflación está empeorando, lo cual incluye el 78 por ciento de los conservadores, el 63 por ciento de los independientes y el 41 por ciento de las filas identificadas con el color azul.
Sin duda, esas son las peores noticias que Biden podría imaginar.
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