La niña de 12 años llevaba pocos días allí y el no saber nadar le provocaba un terror espantoso a la hora de subirse al bote donde trataba de convertirse en una canoísta de elite.
A más de 18 kilómetros de distancia, en la ciudad de Guantánamo, su entrenador, Nelson Perales, tuvo esa misma pesadilla. Cuando llegó al otro día a Caimanera, el profesor que estaba de guardia le contó lo sucedido y él le dijo: “Yo lo sé”.
Pero no solo tuvo esa premonición, sino que llegó con la solución en su cabeza. “Lo primero que pensé fue ponerle un chaleco salvavidas”, nos contó en exclusiva para Prensa Latina.
Sin embargo, lo que hizo fue montarla en un bote doble con un compañero de Baracoa, que sabía nadar, para poderla alejar de la orilla.
“Aunque nunca se había montado en un bote, en cuanto vi sus condiciones supe que iba a llegar adonde quisiera. Siempre fue muy segura, muy consagrada, muy disciplinada, muy tenaz, tiene objetivos y propósitos firmes y los defiende”.
Lo curioso es que, de inicio, Yarisleidis Cirilo se inclinaba por el voleibol.
“Tenía la posibilidad de escoger eso o ir a la Academia Náutica por el canotaje, y como este último era un deporte desconocido para mí me llamó la atención. Nunca me había montado en un bote, ni siquiera sabía nadar, la captación fue por el tamaño, las extremidades, solo era físico”, explicó.
El propio Perales, su actual preparador en el equipo Cuba, fue quien le enseñó a nadar, y luego de tres cursos participando en los Juegos Escolares Nacionales con medallas pasó a formar parte de la matrícula del concentrado nacional, con solamente 15 años.
Llegó el momento de mudarse con tan corta edad a La Habana, a más de 800 kilómetros de distancia, y fue otro reto asumido con total responsabilidad.
“Realmente no me afectó mucho separarme de la familia, porque estuve becada desde los 12 años, y cuando llegamos a la Escuela Nacional ya sabes que ciertas cosas se deben sacrificar para obtener resultados, como dejar de pasar días festivos con tu familia.
“Yo nací en Costa Rica, que pertenece al municipio de El Salvador, en el extremo norte de la provincia de Guantánamo. Soy la primera deportista en mi familia, donde todos son licenciados.
«De niña siempre me preguntaban qué quería ser y yo decía deportista. Están muy orgullosos de mí y de mis hermanos, porque parece que no seré la única al final.
«El varón practica atletismo y la otra hembra quiere seguir mis pasos, podría llegar al equipo nacional este año. Ella tiene 14 años, es derecha, a diferencia mía, y el varón, nueve.
“Me apoyan muchísimo y sobre todo en momentos de competencia, donde aparece la tensión, juegan un papel muy importante para mí, porque cuando hablo con mi familia, mi suegra o mi novio, me dan mucho ánimo para salir adelante”.
OTRO IMPULSO IMPORTANTE
El amor es también un impulso importante en su vida, y la relación de más de cinco años con Ángel Daniel Echemendía, a quien conoció cuando era remero de la preselección nacional, es otro acicate.
“Él es de Varadero (a unos 300 kilómetros de La Habana), cuando hay vacaciones resulta una decisión complicada, pero por cercanía voy más a su casa, un fin de semana de vez en cuando.
«A mi familia me paso meses sin verla, hasta que tenga varios días de vacaciones. Él fue remero, pero ahora trabaja en una agencia como modelo”.
Escuchar a su pareja también es reconfortante, porque miran ambos hacia la misma dirección.
“Por momentos la relación fue difícil, porque tuvimos que adaptarnos cuando yo ya no estaba con ella en el concentrado nacional, y a pesar de estar a una distancia considerable decidimos apoyarnos mutuamente para que cada cual cumpla con sus sueños”, dice Ángel Daniel.
“Hemos concientizado que para alcanzar nuestras metas solo podremos hacerlo caminando juntos de la mano, y cuando eso se interioriza todo se facilita.
«Aunque hemos tenido tiempo suficiente para conocernos, siempre descubrimos cosas nuevas y mientras eso sea así, seguiremos adelante.
«Yo sé que ella lo puede lograr todo. Su fuerza de voluntad y su perseverancia le van a llevar lejos; es una persona muy agradable en el trato, pero muy seria y muy fuerte para su trabajo. Tratamos de hacer nuestro papel de respaldarla, eso a veces es el empujón que necesita”.
LOS SUEÑOS
Vivimos tiempos difíciles, con muchos problemas económicos, y el deporte es una actividad que demanda sacrificios para obtener resultados inciertos a largo plazo. ¿Cómo mantienen la fortaleza?
“Ella hace mucho tiempo me contó sus sueños, y hasta que los logre yo siempre le voy a estar diciendo que continúe, porque no hay nada más bonito que sentir que lograste tus objetivos en la vida y sentirse realizado tanto profesional como socialmente. Vivo orgulloso de ella y sé que puede dar más”, asegura Echemendía.
Su esfuerzo en lo deportivo no es solo individual, pues tiene grandes aspiraciones con el doble que integra junto a Katherin Nuevo.
“El bote de equipo es más emocionante, porque es el esfuerzo de dos personas, y cuando alguna se siente mal la otra le da ánimo, pero me gusta muchísimo el individual, que es donde me siento más fuerte. En el doble nos ayudamos entre las dos, siempre que salimos me viro hacia mi compañera para darle ánimo y motivarla un poco», comenta Cirilo.
“Estamos distribuidas así porque quien va delante dirige el bote y la de atrás aporta más estabilidad. La compenetración es muy buena, porque solo tengo que decirle algo y enseguida me sigue”.
PROPÓSITOS
Las metas de 2023 están muy claras…
“Queremos repetir el oro panamericano en el doble y salir a buscar el del single. El objetivo siempre es el primer lugar, ya sea en los Juegos Centroamericanos, Panamericanos, del ALBA, Copas Mundiales, y lo más importante es poder clasificar los dos botes a los Juegos Olímpicos de París 2024 en el Mundial”.
Con tal determinación, no es casual que haya sido seleccionada la Mejor Atleta de Cuba en 2022, un reconocimiento que le inspira para seguir adelante.
“Me siento superemocionada, porque para mí es algo muy bueno en mi carrera deportiva. Con solo 20 años eso me impulsa a cosechar más logros. Mis entrenadores siempre me pidieron que me enfocara bien en cada competencia para luchar por ser la mejor atleta cubana de 2022, y así mismo pasó, es algo que en lo personal me emociona muchísimo”.
Quien la escucha no imagina que detrás de ese tono dulce en su voz se esconde una competidora feroz, una mujer de fuerte carácter, decidida a que aquella pesadilla de niña se transforme en la coronación de su más preciado sueño. Paletada a paletada, Yarisleidis Cirilo se acerca cada vez más a él.
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