Concebida para los próximos tres años, la iniciativa apoyará la gestión gubernamental para prevenir el hambre y comprende la promoción de salud en 600 centros escolares de 100 woredas (circunscripciones administrativas).
Los distritos más pobres de los estados Afar, Amhara, Ogadén, Oromía, Tigray y Región de las Naciones, Nacionalidades y Pueblos del Sur serán los beneficiados con ese programa.
La asociación de los dos organismos de la ONU responde a la urgencia de prevenir la malnutrición, a propósito del impacto de la Covid-19 y la plaga de langostas del desierto en Etiopía, cuyos progresos para solventar el problema son insuficientes.
Esa alianza ayudaría al estado de África a avanzar hacia el objetivo de reducir la desnutrición aguda en niños a menos del tres por ciento, para el año 2030, según estudios organizaciones internacionales y predicciones de expertos.
De acuerdo con datos oficiales, solo en 2020 en el país ubicado en el denominado Cuerno Africano 2,7 millones de niños y 1,7 millones de embarazadas y lactantes requerirán tratamiento para la desnutrición severa y aguda, un fenómeno en el cual incide también la crisis climática.
Millones de niños son susceptibles a la desnutrición y vemos signos preocupantes de un aumento debido al impacto del coronavirus y la infestación de langostas del desierto, comentó la representante de Unicef en esta capital, Adele Khodr.
Estamos convencidos, dijo Khodr, de que juntos podemos apoyar al Gobierno para prevenir drásticamente sus causas y asistir a los niños y madres que lo requieran.
Por su parte, el representante del PMA, Were Omamo, aseguró que el Gobierno está invirtiendo fuertemente en la nutrición, la salud y la educación de las generaciones actuales y futuras.
Confiamos, manifestó, en que esta nueva sociedad contribuirá de manera importante a esos esfuerzos y a la visión de la administración etíope de la transformación social y económica en la nación.
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