Se trata de uno de los principales proveedores de agua para el consumo humano y la agricultura en la Región Metropolitana, donde está ubicada esta capital.
Una de las causas de esta situación es la llamada “mega sequía”, cómo se le conoce a la prolongada ausencia o escasez de lluvias en toda la región central de Chile, desde Coquimbo hasta la Araucanía, que comenzó en 2010 y aún continúa.
Esto trae como consecuencia el agotamiento del cauce de los afluentes que descienden desde la cordillera de Los Andes hasta el océano Pacífico.
Hace 12 años el Maipo registraba un torrente de 101 metros cúbicos de agua por segundo a unos 20 kilómetros antes de llegar a una planta de purificación y ahora en el mismo punto cayó a 1,8.
El debilitado cauce también afectó al humedal de Santo Domingo, ubicado en la desembocadura al mar, cuyo espejo de agua se redujo de 80 a 16 hectáreas.
A estas condiciones se agrega el intenso oleaje de semanas recientes, que formó una elevación de arena imposible de ser remontada por la debilitada corriente, cuyo recorrido está terminando en el lugar conocido como Llo-Lleo, cuatro kilómetros tierra adentro.
Por si faltara algo, el gobernador de Valparaíso, Rodrigo Mundaca, constató la construcción sin el permiso requerido de un muro que obstruye el flujo del líquido.
Anahí Ocampo, académica de la Universidad de Chile, recordó que este fenómeno fue advertido por expertos hace tiempo y llamó a meditar sobre cómo enfrentar y resolver esta contingencia.
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