Los funcionarios alegan que estos espectáculos, que a menudo presentan a hombres vestidos como mujeres mientras cantan o entretienen a una multitud, exponen a los pequeños a temas e imágenes sexuales que son inapropiados.
Varios proyectos proponen restringir este tipo de actuaciones, aunque ninguno se ha convertido aún en ley, según una revisión de CNN.
La legislación en Tennessee y Arizona, busca limitar las “actuaciones de cabaret para adultos” en propiedad pública para protegerlas de la vista de los niños.
Mientras, el proyecto de ley en la legislatura de Texas incluiría restaurantes y bares que albergan actuaciones de drag bajo la definición estatal de «negocio de orientación sexual».
Por otra parte, en West Virginia, los padres o tutores de niños que participen en espectáculos de drag o permitan que sus hijos estén en presencia de uno de ellos podrían ser «requeridos” según lo determine el estado.
La comunidad LGBTQ rechazó los proyectos por discriminatorios y alegó que podrían violar las leyes de la Primera Enmienda.
Jonathan Hamilt, director ejecutivo de Drag Story Hour, una organización sin fines de lucro que presenta artistas que leen a los niños, cree que la intolerancia es la motivación detrás de los proyectos de ley.
“Si el drag no estuviera arraigado en la cultura gay y arraigado en la comunidad queer, no creo que estaría en debate”, dijo Hamilt.
“Nadie está prohibiendo los payasos, nadie está prohibiendo la mímica. Esto no es nada nuevo, es solo la versión de tendencias de 2023 de cómo se ve la homofobia”, expresó.
Por su parte, Sarah Warbelow, directora legal de Human Rights Campaign, puntualizó que los proyectos de ley no equivalen a prohibiciones de las actuaciones de drag queen, pero es poco probable que los establecimientos públicos cumplan con los requisitos por tanto la mayoría seguro cancelará los espectáculos.
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