El rotativo Rodong Sinmung señaló en un artículo que el 23 de febrero de 1904 el imperio nipón concertó el Protocolo Corea-Japón, un documento concebido para ocupar legalmente la península coreana.
La iniciativa fracasó ante el rechazo tajante del gobierno feudal de Joson. Sin embargo, Tokio eliminó a todos los funcionarios que se oponían a la firma del protocolo a través de la amenaza militar, el chantaje abierto y el secuestro, para lograr finalmente llevar a cabo sus objetivos expansionistas, añadió el periódico.
Por su parte, el diario Minju Joson apuntó que el proceso de fabricación de dicho «protocolo» y otros pactos criminales demuestra cuán astutas y perversas fueron las maniobras de Japón para ocupar a Corea (1910-1945).
Tokio debe tomar una opción correcta, aunque fuera ahora, teniendo presente que no podrá eludir nunca la responsabilidad de los crímenes que cometió en el pasado, advirtió el rotativo.
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