El viceprimer ministro y ministro de Relaciones Exteriores etíope, Demeke Mekonnen, dialogó el lunes pasado vía telefónica con su par sudanés, Asli El-Sadig, para transmitirle su preocupación sobre la crisis en Jartum.
Mekonnen expresó la solidaridad de su país con el pueblo y el pésame por quienes perdieron la vida y quedaron atrapados en los fuegos cruzados. De igual modo, transmitió a Sadig la confianza de que sabrán encontrar una solución y recuperar la paz y el orden en los días finales del mes sagrado del Ramadán.
Pese a la postura de Addis Abeba sobre los enfrentamientos en Sudán, el primer ministro Abiy Ahmed instó el jueves pasado a quienes intentaron provocar un conflicto entre los dos pueblos a que se abstengan de sus acciones.
Ahmed reveló mediante un comunicado que existen personas que están tratando de lograr sus objetivos políticos con la difusión de falsas acusaciones, en un momento crítico en el cual ambos países enfrentan muchos desafíos.
Denunció que estas partes afirman falsamente que Addis Abeba ha entrado en la zona fronteriza de Jartum.
“Etiopía valora la hermandad y la buena vecindad entre los dos países y cree firmemente que el tema fronterizo de los dos países hermanos se resolverá a través del diálogo solamente”, enfatizó.
Sobre este tema, el primer ministro etíope al presentar el informe de su gestión de los últimos seis meses ante el Parlamento en marzo pasado, reveló que ambos países durante los últimos 60 y 70 años han reclamado discrepancias de esa índole, considerados fuente de desavenencias en la actualidad.
Recordó que el problema fronterizo con Sudán se produce por la ausencia de una la demarcación entre las fronteras de los dos países.
El Comité Ministerial Conjunto Etiopía-Sudán se estableció para supervisar las actividades en curso y resolver la situación a través del diálogo pacífico, enfatizó al tiempo que resaltaba el aporte para demarcar la frontera y brindar una solución duradera al problema.
El desacuerdo entre las dos partes en Sudán salió a la superficie la semana pasada cuando el Ejército indicó que los movimientos recientes de las Fuerzas de Apoyo Rápido habían ocurrido sin coordinación y eran ilegales, y que su ruptura se centraba en una propuesta de transición a un gobierno civil.
Jartum ha estado sin un gobierno en funcionamiento desde octubre de 2021, cuando el Ejército destituyó las autoridades de transición del primer ministro Abdalla Hamdok y declaró el estado de emergencia, en una medida denunciada por las fuerzas políticas como un golpe de estado.
En diciembre pasado, las fuerzas militares y políticas firmaron un acuerdo marco para resolver la crisis de meses. La rúbrica del acuerdo final estaba programada para el 6 de abril, pero se retrasó y aún no se anuncia su fecha.
El período de transición de Sudán, que comenzó en agosto de 2019, estaba programado para finalizar con elecciones a principios de 2024.
Hasta el viernes la cifra de muertos ascendía a 413 y los heridos a tres mil 500.
Por otra parte, el jefe de la Comisión Nacional de Rehabilitación (NRC, por sus siglas en inglés), Teshome Toga, informó que entre 250 mil y 300 mil excombatientes serán incluidos en el programa nacional de rehabilitación de Etiopía, como parte del Acuerdo de Paz que puso fin al conflicto en el Tigray (norte).
Precisó que el registro y reintegración de ese personal comenzará en junio próximo y necesitarán 550 millones de dólares para el proceso.
Toga reveló que hace tres meses comenzaron el trabajo en las regiones de Tigray, Amhara, Afar, Oromia y Benishangul-Gumaz, en las cuales se llegó a un consenso sobre los arreglos preliminares necesarios después de discusiones con funcionarios gubernamentales y partes interesadas.
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