En un país de apenas 21 mil kilómetros cuadrados y una población de seis millones 187 mil habitantes, se mueven más de 1.63 millones de vehículos, por ejemplo, algo que es indicativo de la desigual distribución de la riqueza.
Este martes, el diario El Mundo hace una reseña del problema vehicular en El Salvador partiendo de que los automotores ocupan un lugar importante en las importaciones del país solo detrás de los derivados del petróleo, medicamentos y los celulares.
Los datos del BCR informan que en el primer trimestre del año las importaciones de vehículos para el traslado de personas y mercancías superaron los 174.34 millones de dólares.
Las cifras indican que el mayor repunte ocurrió en las importaciones de vehículos para el transporte de mercancías, que superaron los 83.75 millones dólares en los primeros tres meses del año. Esto equivale a un aumento de 35.64 millones respecto al mismo período de 2022, un 74 por ciento de crecimiento.
Los automóviles son los más usados por los salvadoreños, al menos 712 mil 242, un 44.9 por ciento del parque vehicular, seguidos muy de cerca por las motocicletas que suman 508 mil 069 unidades matriculadas (un 31.25).
El mercado salvadoreño, según BCR, es dominado por firmas japonesas y coreanas, por encima de las estadounidenses, y las marcas Toyota, Nissan y Honda, ocupan los tres primeros lugares seguidas de las coreanas Kia y Hyundai.
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