La Casa Blanca anunció disminuciones de la asistencia económica a la nación y restricciones de visados a sus funcionarios, por la ‘crisis en Tigray, más otras amenazas a la soberanía, unidad nacional e integridad territorial etíope’.
Etiopía calificó esa decisión contraproducente para las relaciones bilaterales, perjudicial para EE.UU. y peligrosa para la estabilidad del denominado Cuerno Africano.
También consideró ‘aún más lamentable’ la tendencia de Washington a tratar en ingualdad de condición a la administración federal y el Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF), catalogado grupo terrorista por el Parlamento.
El portavoz de la cancillería, Dina Mufti, aseguró que la posición de Washington ‘podría reducir a cero 120 años’ de nexos, incluida la cooperación en el trabajo por la paz regional y contra el terrorismo.
Si la intromisión en asuntos internos y el socavamiento de los lazos bilaterales continúan, el gobierno se verá obligado a reconsiderar sus relaciones con EE.UU., avisó Mufti.
Además de publicar la comunicación oficial, en televisoras y radioemisoras comparecen analistas y representantes de diferentes organizaciones que, filiaciones políticas aparte, repudian cualquier intromisión en asuntos del estado.
En Twitter e Instagram principalmente, muchas personas critican la declaración estadounidense y reseñan violaciones de derechos humanos y masacres cometidas por el TPLF, incluida la perpetrada en la ciudad de Maikadra.
El Frente, acusado igualmente de violar la Constitución, entre otros delitos, atacó al Comando Norte de la Fuerza de Defensa Nacional en noviembre último y el primer ministro, Abiy Ahmed, respondió con una ofensiva militar en Tigray.
Tras la entrada del ejército federal a Mekelle, capital de la jurisdicción, el 28 de noviembre Ahmed declaró concluida la maniobra, pero seis meses después integrantes del TPLF permanecen prófugos.
Según informes, esos grupos saquean artículos destinados para personas que necesitan ayuda, interrumpen acciones para restablecer la legalidad e impiden el libre movimiento de trabajadores humanitarios, a algunos de los cuales asesinaron.
Antes del conflicto, los líderes del Frente rechazaron diferentes llamamientos al diálogo del gobierno, pero la semana pasada fueron las autoridades etíopes las que se negaron a negociar con esa organización, tras una exhortación norteamericana.
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