El ministro de Relaciones Exteriores brasileño, Mauro Vieira, visitó el país africano el lunes pasado y fue recibido por el primer ministro Abiy Ahmed y su par etíope, Demeke Mekonnen.
“Complacido de recibir al Ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, esta mañana para una discusión sobre el fortalecimiento de los lazos entre Etiopía y Brasil, así como la cooperación en temas multilaterales”, escribió Ahmed en su cuenta de Twitter.
Mekonnen y Viera acordaron llevar las relaciones diplomáticas bilaterales y multilaterales a un nivel superior al considerar que es el momento de fortalecer los lazos, recordando que la reapertura de la embajada de Addis Abeba en Brasilia este año tiene como objetivo mejorar aún más las relaciones.
El canciller etíope manifestó la voluntad de su país de cooperar con el gigante suramericano en inversión, aviación, turismo, agricultura, manufactura, protección ambiental y minería y energía, citado por el Ministerio de Relaciones Exteriores local.
Vieira mencionó que Brasil está dispuesto a cooperar con Etiopía en el deporte y en otros diversos campos, incluidos los foros diplomáticos multilaterales y las relaciones bilaterales.
Por otra parte, el gobierno etíope calificó de otro informe sensacional que contiene una letanía de denuncias de graves violaciones de derechos humanos las valoraciones de Human Rights Watch publicadas el 1 de junio pasado.
El Servicio de Comunicaciones gubernamental (GCS, por sus siglas en inglés) denunció que el documento contiene acusaciones sin realizar una investigación exhaustiva y creíble en todas las áreas afectadas por el conflicto.
“Las acusaciones no están respaldadas por evidencia y es descripción distorsionada y engañosa de la situación que intenta socavar la coexistencia pacífica y alimentar el conflicto interétnico y obstruir los esfuerzos nacionales por la paz y la reconciliación en Etiopía”, enfatizó el comunicado.
El GCS recordó que el conflicto en el norte del país afectó a las comunidades en las regiones de Afar, Amhara y Tigray y que Human Rights Watch solo está interesado en un área específica, muestra las intenciones para avanzar en su agenda contra Etiopía en los foros internacionales.
Recalcó que el país africano cuenta con instituciones independientes, como la Comisión de Derechos Humanos de Etiopía y organismos encargados de hacer cumplir la ley para garantizar la protección de los derechos humanos a través de una investigación adecuada y exhaustiva de las violaciones cometidas en el contexto del conflicto.
De igual modo, el gobierno ha facilitado la Investigación Conjunta de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la Comisión, además de que el Grupo de Trabajo Interministerial implementó las recomendaciones de ese proceso, la rehabilitación de las víctimas y las reformas legislativas.
El GCS agregó que, con la firma del Acuerdo de Paz de Pretoria en noviembre pasado entre el gobierno y el Frente de Liberación Popular de Tigray, se impulsan consultas a nivel nacional sobre Opciones de Política para la Justicia Transicional para Etiopía.
Para continuar en la lucha contra los efectos del cambio climático y garantizar la soberanía alimentaria, Ahmed lanzó el jueves pasado la segunda fase de la Iniciativa Legado Verde (Green Legacy) y prevé plantar 25 mil millones de plántulas, cifra similar a la alcanzada en la primera etapa.
Ese programa de reforestación para combatir el cambio climático en el país africano, cuya primera edición fue en 2019, surgió a partir de una iniciativa de Ahmed, quien durante su presentación entonces declaró que “tiene el objetivo de abordar desafíos ambientales mediante la promoción de una cultura verde”.
Según informes oficiales, en todo el país fueron sembradas más de cuatro mil, cinco mil y seis mil millones de plántulas en 2019, 2020 y 2021, respectivamente, incluidos 353 millones en un día del primer año, considerado una marca mundial.
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