El funcionario explicó que incluso si el agua de Fukushima es vertida al mar, el riesgo será bajo debido a que las corrientes oceánicas se la llevarían en otra dirección y tardarían aproximadamente 10 años en llegar a las costas surcoreanas, a pesar de que se encuentra justo al lado de Japón.
Dado que la planta está situada en la costa este de Japón, la corriente oceánica de Kuroshio llevaría el agua descargada hacia la costa occidental de América del Norte.
Desde allí, viajaría hacia el sur durante un largo período de tiempo, antes de regresar a la región del sudeste asiático, detalló Park en una sesión informativa.
Park aseguró que hay muy pocos estudios y simulaciones que sugieran la posibilidad de que el vertido llegue a Corea del Sur en cuatro o cinco años, en el caso de que la corriente oceánica interactúe con la corriente cálida.
Park enfatizó que los niveles de radiación en las aguas de Corea del Sur se han mantenido sin cambios en los 10 últimos años, incluso después de una liberación significativa de radiación en Fukushima tras los graves daños causados en Japón por un gran terremoto y un tsunami posterior en 2011.
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