Nuestra nación, Oriente Medio y África pasan por una agitación de la que no estamos aislados, por lo que debemos buscar consenso para evitar los males de la guerra, afirmó Takala, quien fue elegido la víspera.
Señaló que la próxima etapa será la preparación de las elecciones presidenciales y parlamentarias para finalizar la división nacional causada por dos gobiernos paralelos.
Takala ganó la dirección del Consejo al derrotar a Khaled Al-Mishri, quien aspiraba a un nuevo mandato.
El Alto Consejo, con sede en Trípoli, y la Cámara de Representantes, asentada en la oriental ciudad de Tobruk, negocian las leyes electorales nacionales para acabar con el estancamiento político del país.
Tras un año de relativa calma, la tensión escaló en febrero de 2022, cuando ese último órgano legislativo nombró a Fhati Bashagha como primer ministro interino en sustitución de Abdul Hamid Dbeibeh, quien anunció que solo entregará el poder a las autoridades emanadas de las urnas.
Dbeibeh y su gabinete están asentados en Trípoli, mientras el otro Ejecutivo tiene su sede en Tobruk, respaldado por la Cámara baja, que hace dos meses destituyó a Bashagha y nombró en su lugar a Osama Hamada.
Esta nación vive una espiral de violencia desde el derrocamiento y posterior asesinato de Muamar al Gadafi en 2011, luego de una guerra apoyada por miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
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