También se conoce esta efeméride como Día por la Despenalización y Legalización del Aborto y la iniciativa surgió en Argentina en 1990 en el ámbito del V Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, cuando se abogó por la legalización del aborto debido a la cantidad de muertes que deja cada año su práctica clandestina, sobre todo, en los países más pobres.
La propuesta fue presentada por una delegación brasileña, que propuso la fecha del 28 de septiembre por ser el aniversario de la promulgación en Brasil de la Ley de Libertad de Vientres (1871) por la que se consideraron libres todos los hijos nacidos de mujeres esclavas.
El aborto es un procedimiento para interrumpir un embarazo y debe ser practicado antes de que el feto esté formado, pues puede representar un grave peligro para la madre.
Un aborto puede deberse a causas naturales, es decir, que la mujer sufra la pérdida del futuro bebé de forma espontánea, y también puede llevarse a cabo de forma inducida y para ello es necesario la participación de médicos especialistas en la materia.
Esta práctica es muy controvertida a través de la historia pues encierra una serie de posturas y consideraciones que involucran temas relacionados con lo ético, lo religioso, lo moral, lo económico y lo social.
La cifra de abortos practicados cada año en los países latinoamericanos es sorprendente y se estima que pueden sumar cuatro millones o más y un porcentaje alto de féminas muere debido a los riesgos y complicaciones realizadas en su mayoría de manera ilegal.
A nivel mundial son miles los casos de fallecidas debido al aborto sobre todo en los países en desarrollo, a causa de la pobreza extrema, el hambre y la falta de políticas sociales justas.
El aborto está considerado entre las cinco principales causas de mortalidad de la mujer en gestación y de acuerdo con las estadísticas más recientes de Médicos Sin Fronteras, el aborto no seguro ocasiona una de cada 12 muertes en mujeres embarazadas.
En África y Asia la cifra de decesos de mujeres jóvenes también es muy alta debido a la práctica de abortos no seguros y muchas de ellas sufren graves daños que pueden dejarlas con alguna discapacidad o con la imposibilidad de no volver a procrear.
Si se comparan los datos con los países donde el aborto está legalizado se observa una notable diferencia en cuanto a la cantidad de muertes que dejan los abortos clandestinos.
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