La cifra dada por la segunda Evaluación Global de los Anfibios contrasta con el 26,5 por ciento de los mamíferos, el 21,4 de los reptiles y el 12,9 de las aves.
Los anfibios (ranas, salamandras, cecilias, entre otros) son el grupo de animales más amenazados del planeta pues sus hábitats están reducidos y deteriorados por el avance de la agricultura, la industria maderera o las infraestructuras humanas, además del cambio climático.
La nueva evaluación, que publicó la revista Nature, añadió dos mil 286 especies al catálogo no analizadas en el primer informe.
En el reporte participaron más de un centenar de científicos, con datos de otros 900 de todo el mundo y los autores compararon el estado de más de ocho mil especies de ranas, sapos, tritones y otras especies en lo que va de siglo.
De los tres órdenes que forman el grupo de los anfibios, las especies de caudados (salamandras y tritones) son las que más empeoraron su situación este siglo.
Con datos que se remontan a 1980, la agricultura es la tradicional amenaza global y cuatro de cada cinco especies fueron afectadas por su avance.
Entre tanto, el sector maderero y las carreteras, vías férreas y presas interfieren en casi la mitad de las especies.
Los patógenos son también una amenaza relevante y el mayor peligro lo representa el hongo quitrido de los anfibios, que infecta a las ranas hasta pararles el corazón y diezmó a decenas de especies.
La nueva evaluación destaca los efectos del cambio climático, como el principal peligro futuro.
Entre los anfibios hay tres grandes grupos, los anuros (ranas y sapos), los caudados (salamandras, tritones) y los cecílidos, que recuerdan a las lombrices y solo se encuentran en las zonas tropicales de América.
Por regiones, las islas del Caribe, Centroamérica, la franja tropical de los Andes, las selvas de Camerún, Nigeria y Madagascar acumulan más especies en peligro.
En África y Asia, lo peor sucede en las cadenas montañosas tropicales de India y Sri Lanka, mientras Oceanía es la única región donde los anfibios mejoraron su situación.
Asimismo, en Europa preocupa la emergencia del hongo Bsal, que ataca a las salamandras, y en Norteamérica, que alberga las comunidades de salamandras más biodiversas del mundo, preocupa la posible llegada del patógeno.
Según los estudiosos, 798 especies de anfibios podrían desaparecer en los próximos años aunque 120 mejoraron su estado, bajando al estado de Preocupación Menor de la Lista Roja.
Del último grupo, 57 mejoraron sin ayuda humana, recuperándose del azote de los hongos, y el resto de recuperaciones, concentradas en Costa Rica, Malasia e India, se deben a políticas activas de protección del hábitat.
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