La complejidad del país está en sus lugares intrincados y ahí se encuentran los brigadistas de la isla, declaró a Prensa Latina el coordinador de la cooperación internacional de la cartera sanitaria, Jaime Anselmo Hernández.
Los profesionales cubanos se ubican en San Gaspar Ixchil, Ixcan, Santa Cruz de Barillas, del noroccidental Huehuetenango, o en el nororiental Petén, en zonas donde hay que trasladarse dos y tres horas, brindar un servicio de atención médica y retornar, describió el funcionario.
Algunos de ellos pernoctan en las localidades y es donde la misma población percibe ese compromiso, el cuidado, la calidad humana, algo sin precio, enfatizó Hernández, de la Dirección General de Redes Integradas de Servicios de Salud.
Ellos ven al médico cubano llegar a la comunidad y les reciben con alegría, y “ese es el mensaje que llevamos hasta las autoridades, con lo que no solo estamos fortaleciendo una red de servicio, sino dejando una huella”, agregó.
Imagínense recuperar la visión de alguien que no podía ver nada, por lo menos con un ojo inicialmente, después el segundo, reflexionó Hernández, quien llega periódicamente a esas regiones donde permanecen los profesionales antillanos.
Agradeció a todos los médicos que trascendieron en estos 25 años, que dejaron su esfuerzo, derramaron lágrimas, “porque ha sido muy difícil la situación entre períodos”, reconoció, tras acto por la fecha organizado en el nororiental Jutiapa.
Pero aún así siempre profesionales muy humanitarios, gente que llamamos todo terreno, va donde se le mande y listo para ayudar al que más lo necesita, contó el coordinador del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social.
Con las visitas que realizamos a nivel local, a cada servicio de salud, percibimos el carisma, la alegría, la necesidad de que el médico cubano permanezca, remarcó.
“Limita obviamente el tema de la vigencia de un convenio por el lapso de tiempo en que puede estar un brigadista, pero es una huella imborrable, porque muchos de ellos aprenden hasta el idioma de la localidad”, aseveró.
A su juicio, los médicos cubanos sienten esa comunidad o aldea como su casa “y eso es algo muy, muy bonito, porque si bien es cierto extrañan a su nación, aquí los acogen con amor, ternura y cariño”.
Ellos a su vez brindan la atención médica de calidad, de calidez, que eso es lo que buscamos, poder llegar a todos esos lugares donde muchas veces hay oferta laboral para nacionales, pero no se da, señaló.
Las páginas de solidaridad de Cuba en Guatemala se remontan al 5 de noviembre de 1998, cuando este país convocó a los primeros galenos tras el paso del huracán Mitch.
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