El Pentágono aceleró en las últimas semanas la salida de las agrupaciones militares de suelo afgano y algunos medios especulan de que ese proceso pudiera completarse en julio, mucho antes de la fecha límite del 11 de septiembre prevista por la Casa Blanca.
Ghani y Abdulah Abdulah, el principal negociador del gobierno con los talibanes, llegaron a Washington ayer y se reunieron con el líder republicano del Senado, Mitch McConnell, quien lamentó la decisión de Biden de retirar las unidades castrenses, en medio de una situación compleja en ese país.
‘Los talibanes, envalentonados por nuestra retirada, harán retroceder el reloj de años de progreso’, añadió el legislador, quien alertó sobre las trágicas consecuencias de la posible caída de Kabul poco después de la salida de los últimos soldados estadounidenses.
En este contexto, la agencia Associated Press (AP) reveló este viernes que alrededor de 650 soldados estadounidenses permanezcan en Afganistán para brindar seguridad en la embajada de Estados Unidos después de que las fuerzas estadounidenses abandonen el país a finales de este verano.
Otros cientos de soldados estadounidenses permanecerán en el Aeropuerto Internacional Hamid Karzai de Kabul, probablemente hasta septiembre, para ayudar a las fuerzas turcas a mantener la seguridad en la instalación, que es la principal puerta de entrada y salida de Afganistán.
Además, Estados Unidos acordó dejar un sistema de de defensa anticoheteril, así como medios de artillería y morteros en la terminal aérea como parte de un acuerdo con Turquía, así como tripulaciones para el apoyo de helicópteros.
En este escenario, fuentes del Congreso revelaron la víspera al diario The Hill que las agencias de inteligencia norteamericanas prevén la caída del gobierno de Afganistán tras la retirada de las fuerzas, y por ello la Casa Blanca planifica el traslado a otros países de empleados nativos que apoyaron su intervención.
La salida de los nacionales afganos a otros países sería con carácter provisional, mientras las autoridades migratorias procesan las solicitudes para reubicarlos en Estados Unidos.
La guerra de Estados Unidos en Afganistán, que comenzó en octubre de 2001, provocó la muerte de más de 47 mil 240 civiles en ese país asiático, informaron fuentes especializadas.
Según entidades de Naciones Unidas, la agresión obligó a 2,7 millones de afganos a huir al extranjero, principalmente a Irán, Pakistán y Europa, mientras otros cuatro millones están desplazados dentro del país, que tiene una población total de 36 millones.
Entretanto, de acuerdo con reportes del Pentágono, más de dos mil 442 soldados y oficiales norteamericanos murieron y 20 mil 666 resultaron heridos en la contienda, y se estima que más de tres mil 800 contratistas de seguridad privada estadounidenses murieron, aunque esa agencia federal no reporta muertes.
El conflicto también provocó la muerte a mil 144 miembros de la coalición de la OTAN integrada por 40 naciones que entrenó a las fuerzas afganas a lo largo de los años, según un recuento según el proyecto Costos de la guerra en la Universidad de Brown, citados por The New York Times.
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