En el contexto del aniversario 25 del arribo de los galenos de la isla a la tierra del quetzal, el joven explicó que muchos de sus coterráneos están agradecidos con la asistencia y a “nosotros como trabajadores nos fortalecen”, subrayó.
Al dialogar con la agencia Prensa Latina, describió que los servicios de su institución son públicos y se congestionan, diariamente llegan entre 80 y 100 pacientes, y para un solo médico se hace tedioso, casi no da abasto.
Sin embargo, ya con los cubanos logramos dar una mejor atención a la población, más personalizada y ampliar el tiempo dedicado a los enfermos, acotó Polanco, quien matriculó en la ELAM en 2005 y terminó los estudios siete años después.
La cualidad que a veces diferencia a los profesionales de bata blanca graduados en este país y quienes lo hicimos en Cuba es ese tacto con la gente, esa amabilidad, atención, remarcó.
Entonces el paciente también se siente como en un ambiente de confianza, que se le escucha, y por eso acá reciben bien a los salubristas de la mayor isla del Caribe, aseveró el doctor, oriundo del oriental departamento de Jutiapa.
En los estudios en Cuba –reconoció- de una manera u otra nos volvimos más humanistas y aprendimos a desarrollar relaciones con las personas, a fortalecerlas y, asimismo, la cultura.
Mi etapa primero en Cojímar y luego en Cienfuegos fue una gran experiencia, muy bonita, hice muchas amistades, y todo el aprendizaje se ve reflejado en mi accionar aquí, aseguró Polanco.
Contó que le mostraron cariño especial, le abrieron las puertas, “me sentí bastante apreciado” y “si algo yo puedo decir es eso de que para conocer Cuba es necesario convivir con la gente”, resaltó.
Cuando regresamos tuvimos que hacer un servicio supervisado y social, estuve en un área de Cobán, departamento Alta Verapaz, “muy difícil por las malas condiciones de las vías de acceso y que normalmente llueve mucho”, señaló.
Después de finalizar esa práctica vine a Jutiapa, solicité el espacio de trabajo, gracias a Dios pude entrar y ya tengo nueve años, enfatizó Polanco.
En abril de 1999 se creó la ELAM en La Habana, Cuba, y entre los primeros en inscribirse estuvieron jóvenes guatemaltecos.
En total se graduaron mil 117 médicos chapines y se ubican, junto a la brigada de cubanos, en lugares distantes de esta geografía, de cara a poblaciones mayoritariamente indígenas, rurales, e históricamente discriminadas.
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