El lunes pasado, el primer ministro Abiy Ahmed y el presidente de esa región, Muse Bihe Abdi, firmaron un memorando de entendimiento que allana el camino de las aspiraciones etíopes de una salida al mar.
Según fuentes oficiales, el documento rubricado concede a Addis Abeba 20 kilómetros de acceso al Golfo de Adén y al Mar Arábigo por un periodo de 50 años, además de permitir diversificar la entrada a puertos marítimos y fortalecer la asociación en materia de seguridad, economía y política.
A cambio, Etiopía debe reconocer de manera formal a Somalilandia, que autoproclamó su independencia de Somalia en 1991, sin que hasta la fecha las Naciones Unidas reconozca a esa región como Estado nacional.
El acuerdo, rubricado después de que Somalia y Somalilandia acordaran la semana pasada reanudar las negociaciones para resolver las cuestiones pendientes tras años de tensión política y estancamiento, trajo consigo fuertes declaraciones por parte de Mogadiscio en defensa de su soberanía.
«Somalilandia forma parte de Somalia según la Constitución somalí, por lo que Somalia considera esta medida una violación flagrante de su soberanía y unidad», reaccionó el gobierno de Mogadiscio en un comunicado el martes. En respuesta, llamó a consultas a su embajador en Etiopía.
El primer ministro somalí, Hamza Abdi Barre, afirmó que están decididos a defender el país y no permitirán la violación “ni de una pulgada de tierra, mar y cielo».
Somalia hizo un llamamiento a la ONU, la Unión Africana (UA), la Liga Árabe y la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD), entre otros, a defender su derecho a proteger su soberanía y obligar a Addis Abeba a adherirse a las leyes internacionales.
El presidente somalí, Hassan Shekh Mohamud, expresó ante el parlamento que siempre han defendido su integridad territorial y soberanía, “y haremos valer nuestros derechos exclusivos de conformidad con las leyes internacionales. Protegeremos cada centímetro de nuestra tierra sagrada y no toleraremos intentos de renunciar a ninguna parte de ella”.
Debido a esas circunstancias, el presidente de la Comisión de la UA, Moussa Faki Mahamat, mediante un comunicado reveló que sigue de cerca la situación derivada tras la firma de ese memorando de entendimiento y pidió calma y respetuo mutuo para reducir la tensión latente entre Etiopía y Somalia.
En este sentido, instó a los dos países a abstenerse de cualquier acción que, involuntariamente, pueda conducir a un deterioro de las buenas relaciones entre las dos naciones vecinas de África Oriental.
Mahamat, precisó el texto, destacó el imperativo de respetar la unidad, la integridad territorial y la plena soberanía de todos los Estados miembros de la Unión Africana, incluidas las partes involucradas.
Subrayó la importancia de adherirse a las normas de buena vecindad para promover y consolidar la paz, la seguridad y la estabilidad en la región del Cuerno de África.
Convocó a los dos países a participar sin demora en un proceso de negociación para resolver sus diferencias de la manera más constructiva, pacífica y colaborativa a fin de consolidar y profundizar su cooperación para servir a la paz y la seguridad en la región.
En esa misma línea se pronunció el secretario ejecutivo de la IGAD, Workneh Gebeyehu, al manifestar su profunda preocupación por los recientes acontecimientos en las relaciones entre Etiopía y Somalia.
La IGAD, también en un comunicado, reveló monitorear diligentemente la situación y reconoce las posibles implicaciones para la estabilidad regional.
Dadas las circunstancias, Gebeyehu instó a tomar el control a los líderes del ente regional africano y llamó a los dos países hermanos a colaborar hacia una resolución pacífica y amistosa de la situación, defendiendo los valores compartidos que unen a la familia de la Autoridad.
El texto reafirmó el compromiso de promover la paz, la estabilidad, la cooperación y la integración regional.
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