En la plaza Meskel, varios oradores denunciaron crímenes cometidos supuestamente por el TPLF, entre ellos, la alcaldesa adjunta de Addis Abeba, Adanech Abiebie, y la presidenta de la Asociación de Mujeres de la capital, Huluhagerish Tazeze.
La junta militar de Tigray, con acciones terroristas, está trabajando con nuestros enemigos externos para descarrilar las reformas y los esfuerzos por avanzar hacia la prosperidad de Etiopía, aseguró Abiebie.
Quienes queremos el crecimiento del país, unidos, derrotaremos a todas las personas que se esfuerzan por debilitar nuestra unidad y socavar la soberanía nacional, agregó.
Tazeze, por su parte, calificó al Frente como el ‘enemigo número uno de los etíopes, en general, y de los propios pobladores de Tigray en particular’.
Asimismo, instó a unir esfuerzos con los ciudadanos de todas las partes de la nación ‘para desmantelar las conspiraciones de ese grupo criminal’ y promover la paz y estabilidad.
Debemos, dijo, estar junto a los que quieren proteger a Etiopía, como las Fuerzas de Defensa Nacional, y también con los que trabajaban por su desarrollo.
En noviembre pasado, el Frente atacó el comando norte del ejército federal y el primer ministro Abiy Ahmed respondió con una ofensiva militar para neutralizarlo y restablecer el orden constitucional en Tigray.
Desde entonces hay un gobierno provisional allí y comenzaron procesos judiciales contra líderes del grupo, declarado terrorista por el Parlamento y, presuntamente, responsable de violaciones de los derechos humanos antes y después de la agresión.
A finales de junio último, las autoridades federales decretaron un armisticio, pero el TPLF lo rechazó y continuó sus operaciones, principalmente contra civiles, de acuerdo con acusaciones oficiales.
Varis veces las últimas semanas, el gobierno de Etiopía llamó a la condena internacional de la criminalidad de la organización, a la que considera la mayor amenaza para la soberanía nacional.
msm/raj