El líder de la Casa Blanca aclama al proyecto de ley de infraestructuras bipartidista como una herramienta clave para hacer frente al cambio climático.
El paquete de un billón de dólares, aprobado el martes por el Senado de Estados Unidos, incluye ocho mil millones para crear cuatro centros regionales que desarrollen el combustible, que es supuestamente más limpio.
Sin embargo, un estudio conjunto entre las Universidades de Cornell y de Stanford reveló que el recurso produce unas emisiones sorprendentemente elevadas.
De acuerdo con la investigación publicada en la revista Energy Science & Engineering, la producción de esta variante genera un 20 por ciento más de gases de efecto invernadero que el carbón, considerado el combustible fósil más contaminante.
‘El hidrógeno azul es solo un bonito término de marketing que dista mucho de estar libre de carbono’, afirmaron los líderes de la investigación, Robert Howarth y Mark Jacobson.
Estados Unidos no debe gastar fondos en este recurso que, además, contamina un 60 por ciento más que la quema del gasóleo, dijeron.
El producto se obtiene al dividir el gas en hidrógeno y dióxido de carbono. Seguidamente, se capturara y almacena el CO2 para que no caliente el planeta.
Pero este proceso implica la liberación incidental de metano, un potente gas de efecto invernadero, advirtieron los investigadores.
La Casa Blanca promueve este gas como una alternativa de bajas emisiones para el transporte de combustible, la aviación y la calefacción doméstica.
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