Los terroristas del TPLF (siglas en inglés) sufrieron hasta 12 derrotas mientras trataban de invadir algunas partes importantes de la localidad y las áreas colindantes, dijo el subadministrador y jefe de paz y seguridad de la jurisdicción, coronel Demeke Zewdu.
La comunidad de esta zona de Tigray está en buena posición para neutralizar de una vez por todas a los criminales del Frente, porque forjó una gran alianza con las fuerzas de seguridad, agregó Zewdu.
Mientras tanto, en Gasay, una localidad perteneciente a la región de Amhara y situada unos 316 kilómetros al norte de esta capital, uno de los comandantes del TPLF, Gebrehiwot Gebreaelaf, depuso las armas ante las Fuerzas de Defensa Nacional.
De acuerdo con un reporte oficial, en el momento de su capitulación llevaba consigo cuatro tarjetas de identificación falsas y un paquete de cannabis, y además las autoridades decidieron incautarle varias cuentas bancarias.
Gebreaelaf confesó que la mayoría de sus fuerzas fueron destruidas y muchos de los integrantes de las tropas están dispersos en varios lugares de la región.
En noviembre de 2020, el Frente atacó al ejército federal en Tigray y el primer ministro Abiy Ahmed respondió con una ofensiva militar para neutralizarlo y restablecer la legalidad en la demarcación.
Desde entonces comenzaron procesos judiciales contra líderes del grupo, declarado terrorista por el Parlamento y presunto responsable de violaciones de los derechos humanos.
A finales de junio último, el gobierno decretó un armisticio para facilitar las labores agrícolas durante la temporada de lluvia y garantizar la asistencia humanitaria, pero la organización lo rechazó e incrementó sus operaciones, afirman denuncias oficiales.
Como consecuencia de su criminalidad, en los últimos dos meses alrededor de 700 mil ciudadanos fueron desplazados de sus hogares en los estados regionales de Afar y Amhara.
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