Hay evidencias recientes de que el TPLF (por sus siglas en inglés) está desviando la ayuda alimentaria destinada para los necesitados en el estado regional de Tigray y otras zonas septentrionales de la nación, declaró el presidente de la Comisión, Mitiku Kassa.
Encontraron galletas de alto contenido energético y otros alimentos muy nutritivos en manos del coronel del grupo terrorista, Gebrehiwot Gebreaelaf, quien hace apenas unas horas se rindió al Ejército nacional en Gasay (localidad perteneciente a la región de Amhara), explicó.
La comunidad internacional, incluido Estados Unidos y otros países, debe preguntarse cómo los rebeldes pueden desviar la ayuda recaudada en nombre de la población civil, comentó.
Incluso desde antes del alto el fuego decretado por el Gobierno, señaló, varias organizaciones internacionales realizan donaciones para socorrer a los etíopes, pero el Frente constantemente intenta obstaculizarlas.
Las cinco agencias humanitarias que operan en la región deben verificar si la ayuda alimentaria está llegando a los civiles que la necesitan, alertó Kassa.
En noviembre de 2020, el Frente atacó al Ejército federal en Tigray y el primer ministro Abiy Ahmed respondió con una ofensiva militar para neutralizarlo y restablecer la legalidad en la demarcación.
Desde entonces comenzaron procesos judiciales contra líderes del grupo, declarado terrorista por el Parlamento etíope y presunto responsable de violaciones de los derechos humanos.
Aun hay 41 dirigentes de la organización prófugos de la justicia, en tanto otros 21, a los cuales les negaron la libertad bajo fianza, permanecen bajo custodia.
A finales de junio último, el Gobierno estableció un armisticio para facilitar las labores agrícolas durante la temporada de lluvia y garantizar la asistencia humanitaria, pero el TPLF lo rechazó.
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