El grupo terrorista quiere colocar al estado regional de Tigray bajo sus botas y desestabilizar el país, aunque ese propósito implique poner en peligro la vida de miles de eritreos, declaró la secretaria de prensa de ese dependencia, Billene Seyoum.
Los campamentos de Shimelba, Hitsats, Mai-Aini y Adi-Harush son blancos de las atrocidades del TPLF (siglas en inglés), que intimida, secuestra y asesina a personas inocentes, además de saquear ferozmente esos lugares de acogida, señaló.
Además, añadió, como resultado de las incursiones del Frente también aumentó el número de desplazados en los estados regionales de Afar y Amhara, y ya son más de 500 mil los ciudadanos desplazados y necesitados de asistencia humanitaria.
De manera global, alrededor de 4.5 millones de civiles están afectadas por el proceder destructivo de esa organización, subrayó.
En noviembre de 2020, el Frente atacó al ejército federal en Tigray y el primer ministro Abiy Ahmed respondió con una ofensiva militar para neutralizarlo y restablecer la legalidad en la demarcación.
Desde entonces comenzaron procesos legales contra varios líderes, mientras las Fuerzas de Defensa Nacional persiguen a integrantes del grupo prófugos de la justicia.
A finales de junio último, las autoridades locales decretaron un armisticio para facilitar las labores agrícolas durante la temporada de lluvia y garantizar la asistencia humanitaria, pero el TPLF lo rechazó e incrementó sus operaciones contra civiles, según acusaciones oficiales.
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