De no ser así y sin el apoyo de la comunidad internacional esas naciones permanecerán al margen de la economía global y no avanzarán hacia un progreso sostenible, advirtió la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) en su informe correspondiente a 2021 y dedicado a esos estados.
La secretaria general de ese órgano de Naciones Unidas afirmó que los países menos desarrollados están en una coyuntura crítica y necesitan ese respaldo para impulsar sus capacidades productivas e institucionales, lo cual le permitiría generar bienes y servicios y crecer.
El desarrollo de la producción les posibilitaría fomentar la transformación económica estructural, lo que a su vez ayudaría a reducir la pobreza y acelerar el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible, lo que requiere inversiones y gastos masivos más allá de sus propios medios financieros, precisó.
El informe advierte también que actualmente la categoría de países menos desarrollados engloba a 46, de los cuales en las últimas dos décadas, apenas un puñado de dieron señales de transformación y mejoras significativas de la productividad.
Ante la pandemia de la Covid-19, en 2020, registraron el peor desempeño en tres décadas y se pusieron de manifiesto sus deficiencias institucionales, económicas y sociales, y por si fuera poco su acceso a las vacunas es extremadamente limitado con tasas de inmunización de solo el dos por ciento de su población, en comparación con el 41 por ciento de los desarrollados.
Grynspan instó a la comunidad internacional a considerar las necesidades especiales de los más de mil millones de personas que viven en esos países durante la próxima conferencia de la UNCTAD, que tendrá lugar en octubre.
Se estima que la inversión anual promedio requerida para alcanzar un crecimiento del siete por ciento marcado por la Agenda 2030 es de unos 462 mil millones de dólares, mientras lo requerido por esas naciones para poner fin a la pobreza extrema asciende a 485 mil millones de dólares.
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