En verdad, antes no hubo en el país un asalto al Capitolio para intentar detener la certificación de la victoria de un presidente legítimamente electo, nadie anatematizó el derecho al aborto, al menos no en los últimos 50 años, y la inflación llevaba cuatro décadas sin amenazar con la posibilidad de alcanzar dos dígitos.
Cinco puntos clave de las elecciones de medio término en Estados Unidos
Aunque no todas, estas son algunas de las cuestiones que espolean a los electores para participar en un sufragio que se realizará en medio de una polarización creciente, un porcentaje alto de desaprobación del actual mandatario y dudas en torno a la fortaleza del sistema político.
Vistas de manera tradicional como un referendo de la gestión del presidente de turno, en este caso el demócrata Joe Biden, sobre las votaciones pesarán con fuerza mayúscula el criterio de los miembros del partido opositor, sufragistas históricamente motivados, e incluso, el de sus acólitos descontentos.
Con algunas bazas cuenta el mandatario no obstante, y entre ellas apuesta por la capitalización del disgusto femenino ante las restricciones al aborto, y la aprobación de una ley para reducir la inflación y abaratar el costo de los medicamentos.
En medio de todo, la mayor llamada de atención de este proceso se concentra sin dudas en una inusitada violencia política, materializada en amenazas a funcionarios electorales por la derecha más radical, hasta hoy infeliz por el desenlace de las presidenciales de 2020.
Si bien no son los únicos, cinco temas (economía, democracia, inmigración, aborto y atención médica) no deben perderse de vista pues podrían resultar decisivos en las urnas el próximo 8 de noviembre.
ECONOMÍA
La economía es un aspecto omnipresente cuando se trata de vaticinar resultados electorales, ya se trate de contiendas presidenciales o de medio mandato.
De todos los indicadores, la inflación es lo que más pesa sobre la ciudadanía, actualmente en niveles nunca vistos por varias generaciones de estadounidenses y ubicada en el 8,3 por ciento en agosto pasado, en términos interanuales.
Aunque la cifra marca un descenso respecto a julio (8,5) y junio (9,1), todavía constituye un pesado fardo para los hogares que vieron cómo paradójicamente durante ese mismo mes, los precios de alimentos subieron hasta el 13,5 por ciento interanual.
De acuerdo con un estudio de la compañía Moodys Analytics, la carestía significa que los consumidores ahora gastan alrededor de 460 dólares adicionales en comestibles cada mes, en comparación con la misma época el año pasado.
Otro dato a tener en cuenta es el mercado laboral, cuya salud es considerada hasta la fecha robusta pero que podría comenzar a resentirse en breve.
Prueba de ello es que las ofertas de trabajo se desplomaron en agosto a su mayor nivel desde principios de la pandemia de Covid-19 en 2020, una reacción atribuida por los entendidos a la subida de las tasas de interés de la Reserva Federal (FED) en un 0,75 por ciento por segunda vez consecutiva en julio pasado.
Las maniobras del Banco Central de Estados Unidos para combatir la inflación parecen repercutir en la disminución de los 11 millones 200 mil puestos disponibles en julio, a los 10 millones 100 mil actuales, según reportes del Departamento de Trabajo.
El desempleo por su parte se ubicó en el 3,5 por ciento en septiembre, dos décimas menos que la cifra del mes anterior.
DEMOCRACIA
Que Estados Unidos pierde democracia es una impresión creciente en la ciudadanía tras el asalto al Capitolio, acontecido el 6 de enero de 2021, y un instrumento usado por cada partido para atacar al contrario.
Las amenazas a la observancia de las leyes que sustentan el sistema político son un estandarte enarbolado con fuerza por el presidente Joe Biden para desacreditar al exgobernante Donald Tump (2017-2021) y sus seguidores, que suelen cuestionar la legitimidad del gobernante electo.
En tanto, algunos de los identificados con el color rojo reiteran continuamente que la democracia está en riesgo porque las elecciones presidenciales de 2020 les fueron robadas, sin aportar datos capaces de corroborar tal afirmación.
Acorde con estimaciones del sitio FiveThirtyEight, el 60 por ciento de los estadounidenses tendrán, en la boleta de noviembre, negacionistas de los resultados de la contienda de 2020 que, de ganar, podrían a futuro descartar los desenlaces legítimos de los sufragios.
Advierten expertos entonces que las preocupaciones latentes en este ámbito resultarían un poderoso acicate para quienes condenan dichas actitudes o, por el contrario, conseguirían animar a sus defensores más recalcitrantes.
Cabría mencionar aquí cómo la violencia política, con amenazas a quienes desempeñan cargos públicos, es tomada cada vez más frecuentemente como una herramienta válida por los sectores de derecha extrema.
No obstante, los problemas con el “establishment” parecen ir más allá de las características que distinguen a los fanáticos del conservadurismo, pues, según analistas, muchas estrategias vigentes tienen cada vez menos relación con la opinión pública.
Tal es el caso de las críticas a la desconexión entre el voto popular y quien termina por ocupar el cargo de presidente y por la incapacidad de los senadores, que supuestamente representan a la mayoría de los estadounidenses, de aprobar leyes, debido al uso cada vez mayor de un obstruccionismo aplicado con fines partidistas.
INMIGRACIÓN
El tema ocupa actualmente un espacio constante en los titulares y es blanco de debate debido a los envíos de miles migrantes a regiones norteñas por parte de los gobernadores republicanos de Texas, Arizona y Florida.
Mientras los líderes de dichos estados sureños alegan que la situación en los territorios fronterizos es insostenible debido al incremento del flujo de personas procedentes de diversos países de América Latina y el Caribe, la actual administración critica la gestión de estos por considerar que usan a los recién llegados para hacer campaña política.
Hasta la fecha, las promesas hechas por Biden durante su campaña presidencial no terminan por cumplirse y permanece pendiente la revocación del Título 42, que niega el derecho a solicitar asilo en el país y permite a las autoridades estadounidenses expulsar de forma acelerada a todo aquel que haya cruzado la frontera de forma irregular.
El gobernante intentó derogar la norma instaurada por su predecesor Trump, pero una orden de un juez federal acabó con la pretensión.
Asimismo, el jefe de Estado propuso un proyecto de ley para ofrecer la ciudadanía a aproximadamente 11 millones de inmigrantes en un lapso de ocho años, pero este no ha sido votado ni en el Senado ni en la Cámara Baja.
Pese a las alertas de las autoridades sobre el incremento de individuos que llegan a la frontera sur de Estados Unidos, analistas califican de tibios los esfuerzos de la administración para encarar dicha problemática.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza aseguró en un comunicado que el número de inmigrantes arrestados en territorios limítrofes con México superó por primera vez los dos millones de personas durante el último año fiscal.
ABORTO
Los demócratas son conscientes de su propio poder para lograr inclinar el voto a su favor con ayuda de la voluntad femenina.
La impopularidad de Dobbs, caso donde el Tribunal Supremo -de mayoría republicana- alegó que la Constitución de los Estados Unidos no contempla ningún derecho al aborto, constituye una baza para el bando azul.
Además, quien albergó dudas sobre cuánto desagrado causó la sentencia, quedó disuadido tras la votación realizada en Kansas, una región tradicionalmente conservadora, donde la población defendió la interrupción voluntaria del embarazo con un margen de 59 contra 41.
De esta manera, y en coincidencia con el incremento en el número de mujeres que se registran por primera vez para votar, los liberales usan el tema del aborto para contrarrestar cuestiones desfavorables para ellos como la alta inflación.
El presidente Biden pide abiertamente que le ayuden a ganar la mayoría del Senado, a fin de evitar que los republicanos “apliquen un veto nacional” para todos estos procedimientos.
Frente a la polarización que ese aspecto suscita, en algunos lugares como California y Vermont se determinó que los electores votaran este noviembre a favor o en contra de las enmiendas estatales relacionadas con el derecho al aborto en sus papeletas.
Tras la revocación de la Corte Suprema, en Arizona, por ejemplo, podría entrar en vigor una ley de 1864 que prohíbe casi todas las interrupciones voluntarias del embarazo.
Ante tal posibilidad, la directora regional de la organización Naral Pro-Choice America, Caroline Mello, fue contundente. “Estamos trabajando junto con nuestros 75 mil miembros en todo el estado para enviar un mensaje claro: cuando vienes por nuestros derechos, vamos por tu asiento”, dijo.
ATENCIÓN MÉDICA
Los servicios de salud ocupan siempre un lugar importante a la hora de votar, sobre todo para los grupos poblacionales de mayor edad.
Los electores muy probablemente tendrán en cuenta que los precios de la atención médica en el país se incrementaron un 5,6 por ciento en agosto, la mayor subida desde julio de 2020.
En este punto, Joe Biden se vanagloria de la aprobación de la Ley para la Reducción de la Inflación, que busca disminuir los costos de los medicamentos recetados, los de la atención asistencial, así como lograr una ampliación de la cobertura de seguro médico para las familias latinas.
Entre otros aspectos, la legislación limitó a 35 dólares la cantidad de dinero que las personas mayores pagan por la insulina por el suministro de un mes, y brinda acceso a una serie de vacunas gratuitas adicionales, incluida aquella contra el herpes zóster.
Pese a ser una cifra más baja en comparación con otros años, aproximadamente 26 millones de personas continúan sin acceso a un seguro de salud en Estados Unidos, o sea, el ocho por ciento de la población.
arb/ifs
